El presidente de la Corte Suprema de Perú, Javier Arévalo, instó a Colombia y a su presidente, Gustavo Petro, a extraditar a Sergio Tarache, el feminicida que quemó viva a su pareja en las calles de Lima y que huyó a Bogotá, para no demostrar un "desprecio por las mujeres" de América y del mundo.
"Si el Estado de Colombia no entrega a este señor (Sergio Tarache), el presidente colombiano estaría demostrando un desprecio por las mujeres en general. No solo por el caso, sino por las mujeres de su país, de América y del mundo", dijo Arévalo en declaraciones a la prensa.
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El también presidente del Poder Judicial peruano aseguró que, si no extraditan al joven venezolano, Colombia "dejaría un pésimo ejemplo a nivel mundial y, sobre todo, demostraría el desprecio hacia la propia mujer colombiana".
Arévalo aseguró que Tarache tiene garantizado un "debido proceso" y reiteró que, pese a la rapidez del Poder Judicial y del Gobierno peruano, Colombia tiene la última palabra.
"Nosotros hemos hecho todo rápido, el Poder Judicial y el Estado, pero Colombia es el que tiene que al final decidir", apuntó.
"El tema es que Colombia, le vuelvo a decir, el Gobierno de Colombia, por respeto a todas las mujeres de América, del mundo, debe extraditar a este señor", insistió Arévalo.
La extradición de Sergio Tarache de Colombia a Perú
La semana pasada, la Corte Suprema de Perú también aprobó la solicitud de extradición de Tarache, quien cumple actualmente prisión preventiva en Bogotá, donde fue detenido el pasado 12 de abril.
Las autoridades peruanas esperaban, inicialmente, que el imputado fuera expulsado de Colombia, pero cuando eso no sucedió, la Justicia decidió iniciar el proceso para solicitar su extradición.
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Tanto la Fiscalía como el Gobierno de Perú han pedido cadena perpetua para Tarache por haber actuado con "crueldad y alevosía", además del uso del fuego, para provocar la muerte de Katherine Gómez, su expareja de 18 años.
Según quedó registrado en las cámaras de seguridad del centro de Lima del pasado 18 de marzo, Tarache discutió con Gómez en la céntrica plaza Dos de Mayo, tras lo cual le roció el cuerpo con gasolina y le prendió fuego.