El incremento en las tarifas de los pasajes de Transmilenio y SITP puede no ser una decisión muy popular. Sin embargo, según datos revelados por la administración distrital resulta necesaria por el déficit que tiene hoy el Sistema de transporte público de Bogotá.
El pasado lunes 15 de enero la Alcaldía Mayor de Bogotá firmó el decreto que aumenta en $100 el valor del transporte público en la ciudad. De esta manera, Transmilenio costará $2.300, mientras que el pasaje de SITP quedó en $2.100.
El ajuste a la tarifa es necesario, según la administración porque esto ayudará a cubrir los costos de operación de todo el Sistema Integrado de Transporte, teniendo en cuenta que actualmente lo recaudado no es suficiente. Es decir, se busca reducir el déficit del sistema a niveles que sean viables y sostenibles desde un punto de vista financiero.
Con la llegada de la Fase III del Sistema en 2012, con las troncales en la Calle 26 y la Carrera Décima, también se incrementó el déficit, ya que los ingresos que provienen de las tarifas actuales pagadas por los usuarios empezaron a ser menores que los costos de prestación del servicio. Por lo tanto, dicha diferencia ha sido cubierta con los recursos que el Distrito transfiere a través de la Secretaría Distrital de Hacienda.
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En el decreto que fija la tarifa del servicio del transporte público se lee: “Los sistemas de transporte deben ser sostenibles. Para ello las tarifas que se cobren por la prestación del servicio de transporte público de pasajeros, sumadas a otras fuentes de financiación de origen territorial si las hubiere, deberán ser suficientes para cubrir los costos de operación, administración, mantenimiento, y reposición de los equipos”.
Entre el 2011 y el 2017 las transferencias para cubrir el déficit ascendieron a $3,2 billones y de no haberse fijado estas tarifas, el déficit hubiera incrementado a $870.000 millones en 2016 y más de un billón de pesos en 2017.
Así mismo, es importante recordar que el aumento de la tarifa al usuario es menor al salario mínimo. Mientras que la tasa promedio usuario creció en un 20,17%, al pasar de $1.527 a $1.835 en los últimos seis años (2012-2017), la tarifa del salario mínimo mensual legal vigente creció en un 30.18%, pasando de $535.600 a $737.717 en este mismo periodo de tiempo.
Los costos de operación han crecido por encima de la inflación. El Sistema Integrado de Transporte Público tiene ciertos valores crecientes que implican una actualización de los ingresos para cubrir los gastos; algo muy parecido al tema de servicios públicos (agua, luz, etc.)
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La estructura de precios que integra la operación de transporte tiene tres grandes componentes. En primer lugar se encuentra el combustible que pesa cerca de una tercera parte de los costos totales de operación del Sistema, este aumentó en un 6,4% durante el 2017. De igual forma se encuentran los costos laborales relacionados principalmente con los conductores y personal de mantenimiento, teniendo en cuenta que los salarios fijados para el 2018 aumentaron en un 5,9%; y los costos de mantenimiento (compra de repuestos, lubricantes y llantas).
Ambos ítems, que representan cerca del 65% de los costos de operación crecieron por encima de la inflación. Aun así, el aumento de la tarifa al usuario fue menor al aumento del salario y del subsidio de transporte.
La estructura de precios que integra la operación de transporte tiene tres grandes componentes. En primer lugar se encuentra el combustible que pesa cerca de una tercera parte de los costos totales de operación del Sistema que aumentó en un 6,4% durante el 2017. De igual forma se encuentran los costos laborales relacionados principalmente con los conductores y personal de mantenimiento; y los costos de mantenimiento (compra de repuestos, lubricantes y llantas).
Lo cierto es que el aumento de las tarifas permitirá que la ciudad y el Sistema Integrado de Transporte salgan de una crisis a corto, mediano y largo plazo. Es una medida que aliviará el déficit financiero que existe. No es popular, pero si necesaria para el desarrollo de Bogotá.
Así mismo, es importante recordar que el aumento de la tarifa al usuario es menor al salario mínimo. Mientras que la tasa promedio usuario creció en un 20,17%, al pasar de $1.527 a $1.835 en los últimos seis años (2012-2017), la tarifa del salario mínimo mensual legal vigente creció en un 30.18%, pasando de $535.600 a $737.717 en este mismo periodo de tiempo.
Los costos de operación han crecido por encima de la inflación. El Sistema Integrado de Transporte Público tiene ciertos valores crecientes que implican una actualización de los ingresos para cubrir los gastos; algo muy parecido al tema de servicios públicos (agua, luz, etc.)
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Ambos ítems, que representan cerca del 65% de los costos de operación crecieron por encima de la inflación. Aun así, el aumento de la tarifa al usuario fue menor al aumento del salario y del subsidio de transporte.
La estructura de precios que integra la operación de transporte tiene tres grandes componentes. En primer lugar se encuentra el combustible que pesa cerca de una tercera parte de los costos totales de operación del Sistema que aumentó en un 6,4% durante el 2017. De igual forma se encuentran los costos laborales relacionados principalmente con los conductores y personal de mantenimiento; y los costos de mantenimiento (compra de repuestos, lubricantes y llantas).
Lo cierto es que el aumento de las tarifas permitirá que la ciudad y el Sistema Integrado de Transporte salgan de una crisis a corto, mediano y largo plazo. Es una medida que aliviará el déficit financiero que existe. No es popular, pero si necesaria para el desarrollo de Bogotá.
