Datos de las nuevas estimaciones de mortalidad que publicó el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), junto a la Organización Mundial de la Salud (OMS), la División de Población de Naciones Unidas, el Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA) y el Grupo del Banco Mundial, para las madres y sus bebés, el periodo previo y posterior al parto es un momento especialmente delicado.
Para las madres, las complicaciones que derivan en muerte pueden ocurrir sin que haya habido ningún tipo de indicio anteriormente. En 2017, según los últimos datos, más de 800 mujeres murieron cada día, más de 290.000 al año, debido a complicaciones durante el embarazo y el parto.
Del mismo modo, los primeros 28 días de vida (el periodo neonatal) son críticos para la supervivencia de un recién nacido. Los niños tienen más probabilidades de morir en su primer mes de vida.
Según cifras, En 2018, murieron 7.000 bebés recién nacidos cada día. Aproximadamente un tercio murió el mismo día de su nacimiento, y casi el 75% durante su primera semana de vida. Según las estimaciones sobre mortalidad infantil, los recién nacidos constituyeron alrededor de la mitad de los 5,3 millones de muertes de niños menores de cinco años en 2018.
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Datos sobre mortalidad infantil que debes conocer:
- La mortalidad neonatal se está reduciendo a un ritmo más lento que la mortalidad de menores de 5 años: en todo el mundo, la tasa media anual de reducción del índice de mortalidad neonatal fue de un 2,6% entre 1990 y 2018, en comparación con el 3,6% entre niños menores de 5 años, pero de edades algo más avanzadas. En todas las regiones, la tasa anual de reducción registrada entre 1990 y 2018 fue más alta entre los niños de 1 a 59 meses que entre los recién nacidos.
- Sigue habiendo desigualdades notables entre países: según las estimaciones, los índices de muertes maternas en África Subsahariana son casi 50 veces más altos para las mujeres, y los bebés tienen 10 veces más probabilidades de morir en su primer mes de vida que en países de ingresos altos.
- África Subsahariana se está quedando detrás: en 2018, la tasa más alta de mortalidad neonatal se registró en esa región, con 28 muertes por cada 1.000 nacidos vivos, seguida de Asia Central y Meridional, con 25 muertes por cada 1.000 nacidos vivos. El peligro de muerte para un recién nacido en África Subsahariana es aproximadamente 33 veces más alto que en el país con la tasa de mortalidad más baja. A lo largo de su vida, una mujer de África Subsahariana se enfrenta a un riesgo de 1 de cada 37 de morir durante el embarazo o el parto.
- Las muertes de recién nacidos suelen representar una proporción mayor del total de muertes de menores de cinco años en los niveles más bajos de mortalidad en esa franja de edad: en Europa y en Estados Unidos, que cuentan con una de las tasas de mortalidad de menores de cinco años más bajas de todas las regiones, el 54% del total de muertes de niño que aún no han cumplido cinco años tiene lugar en el periodo neonatal.
- La mayoría de los recién nacidos y las mujeres embarazadas mueren por causas prevenibles y tratables: los recién nacidos suelen morir porque nacen demasiado pronto o demasiado pequeños, porque sufren complicaciones durante el parto o malformaciones congénitas, o porque contraen tétanos o sepsis. La mayoría de los niños menores de cinco años mueren por causas prevenibles o tratables, como complicaciones durante el parto, partos prematuros, neumonía, diarrea y sepsis neonatal. Las muertes maternas suelen deberse a complicaciones obstétricas, como presión arterial alta durante el embarazo, hemorragias graves, infecciones durante o después del parto o, con cada vez más frecuencia, una enfermedad ya existente agravada por los efectos del embarazo.
- En 2018 murieron casi 6,2 millones de niños menores de 15 años: en todo el mundo, un 85% de las muertes de niños y jóvenes adolescentes registradas en 2018 tuvieron lugar en los cinco primeros años de vida. 2,5 millones ocurrieron en el primer mes de vida, y cuatro millones en el primer año. Otros 1,3 millones tuvieron lugar entre el primer y el cuarto año de vida, y 0,9 millones más fueron niños de entre cinco y 14 años de edad.
- Avanzar es posible: desde 1990, ha habido una reducción del 56% en las muertes de niños menores de 15 años: de 14,2 millones de muertes en ese año a 6,2 millones en 2018. En los países de Asia Oriental y Sudoriental se han registrado los mayores avances, ya que la tasa de muertes de menores de cinco años ha descendido un 80%. Además, entre 2000 y 2017 el índice de muertes maternas también descendió en un 38%.
- Debemos actuar ahora: si no actuamos de inmediato, entre 2019 y 2030 morirán 62 millones de niños menores de 15 años, de los cuales, 52 millones serán menores de cinco años. Casi la mitad de esas muertes de menores de cinco años serán de recién nacidos.
Cada Vida Cuenta: adolescentes, las madres y las familias
A través de nuestra campaña Cada Vida Cuenta, insistieron a los gobiernos, al sector privado y a la sociedad civil a:- Aumentar los fondos y la concienciación, especialmente en aquellos ámbitos que puedan mejorar la salud de las madres y los recién nacidos y abordar las causas principales de las muertes infantiles, como la neumonía y la diarrea.
- Desarrollar la cualificación de los trabajadores de la salud y garantizar que estén lo suficientemente capacitados para ofrecer una atención de gran calidad que satisfaga las necesidades de salud de las mujeres y los recién nacidos.
- Invertir en atención primaria, con medidas como el fortalecimiento de los sistemas de salud.
- Garantizar la disponibilidad de centros de salud limpios y funcionales, que cuenten con agua, jabón y electricidad y estén al alcance de cada madre y cada bebé.
- Empoderar a las niñas adolescentes, las madres y las familias para exigir y recibir atención de calidad.