Los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC, en inglés) concluyeron este jueves que la población vacunada del país puede ir sin mascarilla en la mayoría de espacios cerrados, aunque deberán mantenerla en lugares concurridos, como hospitales, aviones y autobuses.
La directora de los CDC, Rochelle Walensky, hizo el "emocionante" anuncio durante una rueda de prensa.
"Todo aquel que esté completamente vacunado puede participar en actividades en el interior y el exterior, grandes y pequeñas, sin tener que llevar mascarilla o guardar una distancia física. Si está completamente vacunado, puede comenzar a hacer las cosas que dejó de hacer por la pandemia", dijo Walensky y añadió que "todos hemos anhelado este momento en el que podemos volver a alguna forma de normalidad".
Esa vuelta a la normalidad, explicó Walensky, ha llegado a Estados Unidos porque las vacunas contra la covid-19 han demostrado su eficacia y han logrado reducir el número de contagios. El presidente Joe Biden también realizó el anuncio a través de su cuenta de Twitter.
La científica describió el momento como "poderoso" y "emocionante" y, sonriente, dijo a los estadounidenses: "Una vez que estén completamente vacunados, dos semanas después de su última dosis, ya pueden quitarse la mascarilla".
Sin embargo, recomendó a quienes no son inmunes contra el virus que se hagan una prueba si empiezan a sentir síntomas y que vuelvan inmediatamente a colocarse la mascarilla. Además, pidió a las personas con un sistema inmune débil que hablen directamente con su médico para determinar cuáles son los pasos adecuados.
En su página web, los CDC detallan cuáles son algunas de las excepciones. Por ejemplo, los estadounidenses tendrán que llevar mascarilla cuando viajen dentro o fuera de EE.UU., en lugares como aeropuertos y estaciones, así como en aviones, autobuses o trenes.
Los CDC también piden extremar la precaución en hospitales, los consultorios médicos, las prisiones y otros centros de detención, así como en albergues para personas sin hogar. Las normas de los CDC han servido de guía para los estados y empresas de EE.UU. durante la pandemia.
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En todo caso, no tienen poder para hacer cumplir sus normas a nivel federal, ya que son las autoridades estatales y locales las que tienen las competencias de salud y serán las que tengan la última palabra.
EE.UU. es el país más golpeado desde el inicio de la pandemia en términos absolutos, con más de 583.000 fallecidos y más de 32,8 millones de casos, según el recuento independiente de la universidad Johns Hopkins.