Luego de que nuevos datos mostraran que la eficacia de la vacuna de Pfizer disminuye 4 meses después de la vacunación completa, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de EEUU rechazó el llamado de la compañía para introducir inyecciones de refuerzo.
El 17 de septiembre, Pfizer presentó un documento informativo al Comité Asesor de Vacunas y Productos Biológicos Relacionados de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) estadounidense.
El fabricante de la popular vacuna de ARNm declaró, basándose en estudios, que su producto pierde casi la mitad de su eficacia contra la notoria variante delta del coronavirus en tan solo unos meses.
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A pesar de la recomendación de Pfizer de agregar a su vacuna contra el coronavirus la tercera inyección de refuerzo, la llamada parece haber caído en oídos sordos en el regulador de EEUU. Su panel votó abrumadoramente en contra de tal práctica citando la falta de datos de seguridad y dejando al gigante farmacéutico en una situación difícil.
El informe de Pfizer menciona un estudio reciente, realizado por Southern California Kaiser Permanente Medical Group, que evaluó la efectividad de la vacuna COMINARTY de Pfizer-BioNTech contra las infecciones causadas por SARS-CoV-2 y sus variantes, así como las hospitalizaciones relacionadas con COVID-19 desde el inicio de la vacunación.
Los investigadores utilizaron datos recopilados en todo EEUU entre el 14 de diciembre de 2020 y el 8 de agosto de 2021, lo que permitió explorar tanto la variante delta como otras cepas del coronavirus.
Los hallazgos clave demuestran que la eficacia de Pfizer contra delta fue alta durante el primer mes después de la inyección, pero disminuyó drásticamente del 93% al 53% dentro de los 4 meses posteriores a la vacunación completa.
Los investigadores de Keizer Permanente también llegaron a la conclusión de que la protección de Pfizer contra la hospitalización dura "aproximadamente seis meses", y que "las reducciones en la efectividad contra las infecciones por SARS-CoV-2 a lo largo del tiempo probablemente se deben principalmente a la disminución de la eficacia de la vacuna y no tanto a que [la variante] delta escape de la vacuna".
Según el informe presentado a la FDA, la estrategia de Pfizer en este momento es administrar dosis de refuerzo de su vacuna aproximadamente cada 6 meses. Estas recomendaciones se hicieron con base en los hallazgos del análisis post facto de casos con tiempo desde la vacunación y parece ser la única solución ofrecida por Pfizer en este momento.
A pesar de que la eficacia de su vacuna está disminuyendo tan rápidamente, Pfizer no ha logrado convencer al regulador de estadounidense de que introduzca inyecciones de refuerzo. Sin embargo, no está claro si el gigante farmacéutico obtendrá las mismas respuestas de los Gobiernos de otros países, como Australia, Canadá o Nueva Zelanda.
Varios países que, como EE.UU, parecían tener algunas de las campañas de vacunación más tempranas y exitosas a principios del 2021, en gran medida gracias a la vacuna de Pfizer, están atravesando un aumento importante en las infecciones medio año después. Se suponía que Israel, en particular, donde más del 60% de la población está completamente vacunada con Pfizer, se convertiría en el ejemplo de la efectividad de esa vacuna, pero está experimentando una nueva ola de COVID-19.
Este no es el único problema al que se ha enfrentado Pfizer en los últimos meses. Un estudio previo del centro de atención médica Clínica Mayo ha concluido que la eficacia de Pfizer contra la cepa delta ha caído con el tiempo del 76% al 42%. No obstante, a pesar del desempeño deficiente de su medicamento, Pfizer había asegurado suministros de 2.100 millones de dosis en todo el mundo para julio del 2021, con un potencial de 3.000 millones para fin de año.