Las tensiones entre Estados Unidos y Panamá han resurgido con fuerza después de las recientes declaraciones del presidente electo de EE.UU., Donald Trump, quien acusó a Panamá de "estafar" a su país con las tarifas del Canal de Panamá.
En un foro de la organización ultraconservadora Turning Point en Phoenix, Arizona, Trump manifestó su descontento por las tarifas "exorbitantes" que el Canal impone al comercio estadounidense, sugiriendo que, si no se reducían, Estados Unidos podría exigir su "devolución".
Esta amenaza ha generado una fuerte respuesta por parte del gobierno panameño, que ha reafirmado su soberanía sobre esta vital vía interoceánica.
El Canal de Panamá: Una controversia histórica
El Canal de Panamá ha sido un elemento clave en la historia de las relaciones entre Estados Unidos y Panamá. Con una construcción que comenzó bajo control estadounidense a principios del siglo XX, el canal fue inaugurado en 1914 y gestionado por EE.UU. hasta 1999.
Ese año, después de décadas de debates y tensiones diplomáticas, el Canal fue finalmente transferido a Panamá en virtud de los Tratados Torrijos-Carter de 1977, firmados por los entonces presidentes de Panamá, Omar Torrijos, y de EE.UU., Jimmy Carter.
La transferencia de la soberanía del Canal a Panamá, que fue ratificada en 1999, marcó un hito en la relación bilateral, dejando atrás un período de control estadounidense.
A pesar de ello, el tema del Canal sigue siendo una fuente de fricción. Trump, quien asumirá la presidencia de EE.UU. en enero de 2024, ha cuestionado abiertamente las condiciones bajo las cuales Panamá gestiona la vía, sugiriendo que las tarifas que cobra por el tránsito de barcos comerciales son "sumamente injustas" y no reflejan el "gesto generoso" de Estados Unidos al cederle la administración del Canal.
Según Trump, Panamá se beneficia desproporcionadamente de esta infraestructura clave para el comercio mundial, y ha insinuado que si las tarifas no se ajustan, EE.UU. podría reclamar el Canal de vuelta.
La respuesta de Panamá: soberanía inquebrantable
El gobierno de Panamá, bajo la presidencia de José Raúl Mulino, ha respondido de manera contundente a las amenazas de Trump.
En un mensaje dirigido a la nación, Mulino reafirmó que el Canal de Panamá es "panameño y lo seguirá siendo", subrayando que la soberanía del país sobre esta estratégica vía interoceánica es "no negociable".
El mandatario enfatizó que no se permitirá ninguna injerencia externa en la administración del Canal, que sigue siendo un pilar esencial para la economía panameña y un símbolo de su independencia y control territorial.
Panamá también ha dejado claro que las tarifas que cobra por el tránsito de los barcos son parte de su modelo económico, el cual es crucial para el financiamiento de la infraestructura nacional y el desarrollo del país. El Canal, que conecta el océano Pacífico con el Atlántico, maneja aproximadamente el 3% del comercio mundial, lo que le otorga un papel central en la economía global.
Las implicaciones a nivel regional
Las tensiones sobre el Canal de Panamá no solo involucran cuestiones económicas, sino que también tienen una dimensión geopolítica.
Trump, en su discurso, expresó preocupación sobre la creciente influencia de China en la región y la posible injerencia del país asiático en la administración del Canal. Aunque no se han presentado pruebas concluyentes de una influencia directa de China en la gestión del Canal, el país ha mostrado un creciente interés en América Latina, particularmente a través de inversiones y acuerdos comerciales.
La postura de Trump también refleja un sentimiento proteccionista y un enfoque de "América Primero" que ha caracterizado su agenda política. Su retórica sobre las tarifas del Canal resalta una tendencia más amplia de EE.UU. hacia la revisión de acuerdos internacionales que considera desfavorables para su economía.
El Canal de Panamá sigue siendo una arteria clave para el comercio mundial, y cualquier cambio en su administración o en las tarifas de tránsito podría tener repercusiones globales.
Con el paso de alrededor de 12,000 embarcaciones comerciales al año, el Canal es una de las rutas más utilizadas para el transporte de mercancías entre Asia, Europa y las Américas. Las tarifas que cobra Panamá son un componente importante de su economía, y cualquier intento de modificar el control estadounidense sobre la vía podría desencadenar un conflicto diplomático de gran escala.
La relación entre Estados Unidos y Panamá sigue siendo un tema sensible, especialmente cuando se trata del Canal de Panamá. Mientras que Trump amenaza con exigir su "devolución", el gobierno panameño reafirma su soberanía, dejando en claro que la independencia de su país no está en discusión. Este conflicto, que involucra tanto aspectos económicos como geopolíticos, podría tener implicaciones significativas para las relaciones entre ambos países y para el equilibrio de poder en la región.