“Abajo la dictadura”, fue la arenga con la que cientos de manifestantes estremecieron las calles de Cuba este fin de semana. Marchas multitudinarias que hoy ponen los ojos de gran parte del mundo sobre este país americano que, en paralelo a la crisis sanitaria por el coronavirus, atraviesa uno de sus momentos políticos y sociales más tensos de toda su historia.
Cabe recordar que en Cuba no se habían vuelto a presentar manifestaciones de semejante envergadura desde la jornada de protestas del “maleconazo”, el 5 de agosto de 1994, una serie de protestas antigubernamentales que se dieron durante el mandato de Fidel Castro y que terminaron con un saldo indeterminado de cubanos heridos. Según la información oficial de aquella época no se presentaron fallecidos, aunque personas contrarias al régimen aseguran que varias personas murieron.
La razón para afirmar eso tampoco es que sea vaga, ya que el maleconazo fue producto de la represión del régimen de Castro a cientos de ciudadanos que esperaban en el Malecón de la Habana para abandonar su país en barcos que los llevarían a Estados Unidos. En ese entonces, corría el rumor entre los ciudadanos de la isla de que una flota de embarcaciones llegaría a dicho lugar para llevarlos a vivir al país norteamericano.
En días pasados a esa fecha, el 13 de marzo de 1994, había empezado a calentarse esta historia cuando el régimen cubano hundió a un remolcador con varias personas a bordo intentando impedir su fuga. En este hecho murieron 41 personas, incluidos menores de edad. Para entonces, e incluso ahora, era común para los ciudadanos de ese país organizar travesías oceánicas para abandonar el territorio nacional.
“Tic, tic, tic, tiiiic. Radio Reloj da la hora. 8:16 minutos. Zozobró embarcación robada por elementos antisociales. En la madrugada de hoy, elementos antisociales sustrajeron por la fuerza una embarcación del puerto de La Habana con el fin de abandonar ilegalmente el país”, fue la forma como informó la radio cubana el hundimiento del barco, según reveló BBC Mundo.
En los días siguientes cuatro embarcaciones más fueron interceptadas por las autoridades cubanas, siendo aprehendidas cuando intentaban salir del país sin autorización.
Las razones del escape
Las manifestaciones del 5 de agosto de 1994 han pasado a la historia como la única vez en la que el régimen castrista se vio en la obligación de sacar sus tanquetas y fuerzas a las calles. Para entonces, cientos de personas esperaban en el Malecón para lograr ese viaje hacia Estados Unidos que tanto anhelaban. Sin embargo, para Fidel Castro esta no era una opción que tuvieran sus ciudadanos.
Palos, piedras, vidrios rotos y enfrentamientos directos con las fuerzas del régimen fue lo que protagonizó la escena aquel día. Al igual que en esta ocasión lo hizo el presidente Miguel Díaz-Canel, los seguidores comunistas fueron convocados a las calles para apoyar al gobierno. La revuelta no se detuvo hasta que el mismo Fidel Castro hizo presencia en el lugar.
Lo cierto es que durante buena parte del año Cuba es extremadamente caluroso. En agosto, por ejemplo, mes en el que estallaron las revueltas, esta isla del Caribe no suele estar por debajo de 30°C e incluso llega a superar los 33°C. Este es un factor importante, si se tiene en cuenta que para entonces (al igual que ahora) Cuba sufría de constantes apagones que dejaban sin funcionar ventiladores y todo tipo de aparatos de refrigeración.
Pero la razón de todo ello era incluso más estructural: Cuba se encontraba en una crisis económica devastadora tras la caída de la Unión Soviética y de las ayudas que la Isla obtenía de ésta en concepto de cooperación económica entre los Estados socialistas; y los embargos comerciales de Estados Unidos.
Dicha crisis, conocida como “el periodo especial”, además de los apagones, dejó como saldo la caída abrupta del PIB y la escasez absoluta de gasolina, generando a su vez afectaciones en el poder adquisitivo del país y en sectores como el del del transporte o la agricultura (que dependía de esta para hacer funcionar su maquinaria).
Fue precisamente por ello que Cuba tuvo que generar un cambio de modelo económico que dosificara de mejor manera los recursos disponibles y priorizara todo aquello que no tenía que ver con lo procedente del exterior. La respuesta fue el turismo y las remesas, que hasta el día de hoy siguen siendo una pieza fundamental de la economía cubana.
Diferentes tiempos, mismos problemas
Hoy por hoy, sin el respaldo histórico de personajes como Fidel Castro y con las consignas de la revolución un poco diluidas en el tiempo, Cuba atraviesa una de las peores crisis económicas de toda su historia. La principal razón del problema es la pandemia de Covid-19, que ha terminado por demostrar las debilidades de un sistema dependiente del turismo.
Estos son los tres puntos cruciales para entender el estallido social:
Covid-19
En los últimos días Cuba ha presentado un aumento considerable de los casos de contagio de covid-19, incluso cerrando la semana pasada con récords de casos diarios por encima de los seis mil. Hasta el momento la Isla reporta un acumulado de 244.914 casos confirmados y 1.579 fallecidos.
Como consecuencia de ello, buena parte de los hospitales del país han colapsado y los ciudadanos aseguran estar muriendo sin los cuidados necesarios.
Economía en quiebra
Otra razón de la crisis actual es el déficit que han vivido gran parte de los hogares cubanos e incluso también el Estado. Como se mencionó antes, el país vive su peor momento por cuenta de la parálisis del turismo, los constantes apagones, la carencia de insumos y una inflación disparada a niveles históricos.
En los últimos días, varios ciudadanos cubanos han denunciado tener que hacer largas filas para poder obtener comidas o medicamentos (que en muchas ocasiones no encuentran), incluso cuando estos no tienen nada que ver con el tratamiento del Covid-19.
Internet y llamado al ataque
Finalmente, otro problema es la internet. A diferencia de tiempos anteriores cuando las comunicaciones en la Isla estaban completamente limitadas por el Gobierno, actualmente sus ciudadanos tienen un acceso mucho más libre a las redes y con ello a una mayor propagación de sus denuncias y críticas al régimen.
No obstante, según varios periodistas y personalidades cubanas, este país ha decidido suspender súbitamente el servicio durante las protestas. Cabe recordar que para poderse conectar a Internet en Cuba, es necesario adquirir una tarjeta de la compañía ETECSA, propiedad del Estado.
Esta situación llama la atención, sobre todo porque hace unas horas el presidente Díaz-Canel hizo una alocución en la que convocaba a sus seguidores comunistas a salir a las calles para enfrentar las “provocaciones”. Hasta el momento es difícil predecir el efecto que tendrán sus palabras, pero lo cierto es que sin Internet muchas de esas consecuencias podrían llegar a ser invisibilizadas.
