A medida que la curva de contagios desciende, los países del continente europeo adoptan criterios y soluciones para que la población salga del confinamiento y la economía tome ritmo de nuevo.
Sin embargo, desde la Organziación Mundial de la Salud se insiste en tener en cuenta seis puntos claves para que el virus no se vuelva a propagar por toda la región.
Ante el desespero y la preocupación de algunas naciones sobre reactivar las labores esenciales, el director de la OMS, Tedros Adhanom, confesó que el COVID-19 es mucho más mortal que el H1N1.
Por esta razón, anunció las siguientes medidas que los países deben adoptar antes de tomar una estrategia apresurada que no va dentro de los lineamientos de prevención.
El primero hace referencia al control y manejo del coronavirus. "La transmisión del virus debe estar controlada", anunció; segundo, que exista la capacidad de “detectar, realizar pruebas, aislar y tratar cada caso"; tercero, minimizar los riesgos en puntos importantes donde el virus puede evolucionar como lo son los hospitales y ancianatos.
Los siguientes tres criterios se enfocan en las medidas preventivas que se deben realizar en los espacios públicos donde es esencial que la gente asista. Es decir, en espacios como colegios, universidades y oficinas.
Asimismo, tener un control adecuado con los casos importados y, por último, que la comunidad tome la responsabilidad de vivir y convivir con las restricciones que se le imponen, durante a la emergencia. La OMS resaltó que la sociedad debe atender las órdenes para reducir los riesgos de contagios.
Países como Dinamarca y Austria, donde la curva de contagios va descendiendo considerablemente, los gobiernos han adoptado medidas para recobrar la normalidad.
A la fecha, en el mundo se reportan cerca de dos millones casos confirmados de contagio, más de 130 mil fallecimientos y alrededor de 500 mil personas recuperadas.