En Mallorca, España, agentes de la Guardia Civil detuvieron a Taras O., un marinero ucraniano de 55 años que intentó hundir el ‘Lady Anastasia’, un yate de lujo ruso avaluado en siete millones de euros. La embarcación se encontraba en Port Andino, un puerto deportivo de la costa de Calviá.
Algo bastante particular es que el marinero llevaba más de diez años trabajando en la embarcación que intentó hundir. Sin embargo, el hecho de que su jefe fuera ruso y sus armas le haya costado tantas vidas a sus compatriotas, fueron las razones que al parecer llevaron al marinero a querer tomar venganza desde su posición.
Para cumplir con su cometido de hundir la embarcación, el marinero abrió las válvulas en sala de máquinas y en los alojamientos de la tripulación. También cerró el paso de combustible para evitar derrame de combustible en el agua y apagó el sistema de electricidad, dejando al yate vulnerable a un naufragio.
El marinero les avisó a los tripulantes que abandonaran la embarcación que se estaba hundiendo, pues no quería que nadie muriera. “Esta ha sido mi primera batalla, hoy vuelvo a Ucrania. Su dueño produce las armas que atacan a mi país”, aseguró.
Trabajadores de Port Andino y otros empleados de la embarcación trataron de detener el hundimiento. Cuando fue capturado por la Guardia Civil, el ucraniano les dijo: “este barco es propiedad de un criminal que se gana la vida vendiendo armas que ahora matan a los ucranianos”.
En su declaración ante la justicia, el marinero también aseguró que perdió la cordura cuando vio por televisión como un misil, que aseguró ser de su jefe, impactó contra un bloque de apartamentos en Kiev, su ciudad natal, lo que causó la furia del marinero. "Allí había mucha gente, vivían unas mil personas, y no tenían nada que ver con los militares", declaró para justificar sus actos.
El dueño del yate es el ruso Alexander Mijeev, quien es jefe de una corporación de helicópteros militares rusos. Hace seis años trabaja con una empresa que vende armas a nivel mundial. El marinero aseguró que asume toda la responsabilidad del hundimiento del barco y tras el juicio fue dejado en libertad, pero se le imputarán cargos por daños a bien ajeno.
Vale la pena contar que los megayates de los hombres más ricos de Rusia se encuentran atracados en las costas de Barcelona y Mallorca. Sus propietarios, algunos de ellos cercanos a Vladimir Putin, temen por lo que les pueda pasar a sus embarcaciones.