Las autoridades alemanas han recalificado a Cuba como zona de alto riesgo por el nivel de incidencia de coronavirus, lo que implicará que los viajeros procedentes de ese país quedarán en cuarentena por diez días.
La lista actualizada del Instituto Robert Koch de virología (RKI), competente en la materia en Alemania, incluye en esta calificación a la isla caribeña, así como a Indonesia y Libia.
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Entre las zonas de riesgo simple, una clasificación menor con pocos efectos prácticos para los viajeros, incorpora a Grecia, Holanda y parte de Dinamarca. En esa misma categoría, como zona de riesgo simple, está incluida desde la semana pasada toda España, tanto el territorio peninsular como los archipiélagos de las islas Baleares y Canarias.
La norma general para ingresar en Alemania es que todo viajero que haya estado en los últimos diez días en una zona de riesgo, de alta incidencia o en una zona de dominio de las variantes más agresivas de la covid-19 tienen que registrarse digitalmente antes de su llegada al país.
Para las personas provenientes de zonas de dichas variantes hay una prohibición de ingresar a Alemania, de la que están exentos ciudadanos alemanes, así como residentes en Alemania y sus familias.
Los viajeros procedentes de una zona de riesgo simple o de alta incidencia deben presentar un test, un certificado de que se ha recibido la pauta completa de la vacuna o de que se ha superado la enfermedad.
Solo los de alta incidencia quedan en cuarenta por diez días, que se puede acortar a cinco con un test negativo realizado al quinto día.
Lo más reciente en Cuba
El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, afirmó que decenas de personas resultaron heridas en los recientes disturbios que dejaron un muerto en el capitalino barrio La Güinera, y confirmó que hay una investigación en curso.
"Hay decenas de heridos, no puedo confirmar cuántos, pero muchos de ellos son del pueblo que trató de evitar esos hechos vandálicos", confirmó Díaz-Canel en una comparecencia en la televisión local.
El mandatario advirtió que los responsables de delitos responderían por ellos ante la ley, con pleno respeto a las garantías procesales.
Díaz-Canel negó que en Cuba se incentivara el odio, y desmintió la ola de noticias falsas que circularon en redes sociales, con rumores como la supuesta huida de emblemáticas figuras del Gobierno o la renuncia de un viceministro del Interior.
"Ese discurso de que el Gobierno está reprimiendo manifestaciones pacíficas, o ese pedido que hacen de que Cuba o el Gobierno respete la opinión de sus ciudadanos es una total mentira y es una total calumnia”, afirmó.
Asimismo, el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista pidió por la unidad de los cubanos y los instó a despojarse “de cualquier sentimiento de odio, de cualquier vulgaridad, de cualquier comportamiento indecente, pero exigiendo las normas de disciplina, las normas que garantizan” la tranquilidad social en la sociedad.
El 11 de julio estalló en Cuba una manifestación popular en el occidental municipio de San Antonio de los Baños, detonada por la crisis económica y el incremento en los casos de covid-19, la cual fue replicada luego en otras localidades del país.
Las protestas, sin precedentes desde el triunfo en 1959 de una Revolución liderada por Fidel Castro, derivaron en choques con fuerzas del orden y simpatizantes del Gobierno, llamados por Díaz-Canel a defender las calles.
Sin un programa ni liderazgo definido, los manifestantes reiteran consignas de "libertad" y exigen cambios en el país, en medio de reclamos de una intervención humanitaria con el presunto fin de encarar los estragos de la pandemia.
En ese escenario se registraron disturbios y actos vandálicos que motivaron una serie de arrestos en el país, y al menos una persona murió en circunstancias no especificadas en un choque con la policía en La Habana.
Díaz-Canel admitió que existen razones para el malestar social, pero las achacó fundamentalmente al bloqueo económico, financiero y comercial de EE. UU..