El Instituto Humboldt llevó a cabo un completo monitoreo de la biodiversidad en las regiones del Magdalena Medio y la Orinoquia. Siendo pionero en la instalación casi simultanea de 600 cámaras trampa para el estudio de la distribución de especies, logró el aporte del reconocimiento de la fauna local; 50% para el Magdalena y más del 90% para la región del Río Tillavá en el Meta.
Fueron un total de 232 especies registradas: 173 especies de aves, 54 de mamíferos y 5 de reptiles.
En el Magdalena Medio se registró el 93,8% de las especies de mamíferos reportadas en el sistema de información de la biodiversidad colombiano. Seis de las especies captadas no se encontraban en los listados potenciales como, por ejemplo, el mono cariblanco (Cebus versicolor) y la zarigüeya gris (Philander opossum), entre otros.
Sin embargo, el mono cariblanco se declaró como una especie en peligro de extinción y dos especies casi amenazadas: el margay (Leopardus wiedii) y la nutria de río (Lontra longicaudis), ambas depredadoras, las cuales cumplen la importante función de regulación de los tamaños poblacionales de sus presas.
En la región del Río Tillavá también hubo un registro de tres especies con amenaza vulnerable de extinción: el oso palmero (Myrmecophaga tridactyla), la danta (Tapirus terrestris) y el ocarro (Priodontes maximus), que de igual manera es reconocida como especie “Ingeniera” y el armadillo más grande del mundo.
Estrategia Fibras
El Instituto Humboldt y Ecopetrol S.A lanzaron la estrategia Fibras, con el fin de planificar y gestionar bajo los criterios de conservación y desarrollo sostenible, la biodiversidad y sus contribuciones al bienestar en territorio de Huila, Orinoquia y el Magdalena Medio.
Se implementará por medio de expediciones científicas, un diagnóstico ecológico y social de los territorios, esto con base de la recopilación y análisis de datos de la diversidad biológica y sus contribuciones al bienestar del ser humano. Además, se tendrá la vinculación de las comunidades que residen alrededor de las zonas de influencia de esta iniciativa.
Angelica Diaz Pulido, investigadora del Programa de Evaluación y Monitoreo de la Biodiversidad del Instituto Humboldt, resaltó que, “En este caso se lograron obtener datos a escala local, permitiéndonos conocer con mayor exactitud qué está ocurriendo con la distribución de las especies y desarrollar biomodelos regionalizados que alimentarán análisis de conectividad y de costo- efectividad. Es decir, usar las fotografías como información para la toma de decisiones en cuanto a inversiones en conservación, relacionadas con compensaciones, inversión voluntaria e inversión de al menos el 1%”.
Las cámaras trampa, se han convertido en una de las herramientas más efectivas para el monitoreo y estudio de los mamíferos terrestres, permitiendo por medio de los registros confirmar la presencia o no de ciertas especies en los ecosistemas.
“Resulta una herramienta muy útil, por ejemplo, para comprobar lo que los modelos de distribución predicen, así como la posibilidad de incorporar nuevos registros que no estaban incluidos o comportamientos no descritos”, señaló la investigadora Díaz.
Las cámaras están ubicadas en lugares estratégicos de tránsito de los animales, se activan automáticamente lo que permite tomar fotografías o videos que se convierten en los insumos que son usados por los investigadores para estudiar la fauna terrestre local. Es un método efectivo para no tener que interferir con el ecosistema.
Por su parte, el gerente de Sostenibilidad y Descarbonización de Ecopetrol, Santiago Martínez, indicó que, “La información recolectada con estas cámaras nos da la posibilidad de conocer más sobre la biodiversidad de las regiones en las que tenemos operación, lo que nos permitirá concentrar nuestros esfuerzos de conservación en las acciones que generen mayor impacto positivo en nuestra flora y fauna”.