Cuando tener un gato en casa no es suficiente porque se comprueba que son mascotas maravillosas, que brindan una excelente compañía, y las ganas de adoptar otro felino - ya que hay cientos que esperan por un hogar en fundaciones y centros de atención veterinaria - son incontenibles, se deben seguir algunas recomendaciones para que la llegada del nuevo habitante no sea un dolor de cabeza.
Lo primero antes de pensar en socializar un gato es evaluar si se cuenta con los recursos necesarios para tener un animal adicional en casa, es decir, si se le puede brindar su comida, sus visitas reglamentarias al médico y especialmente todo el cariño necesario para ayudarlo en el proceso de adaptación.
[single-related post_id="713880"]
Estas son algunas recomendaciones que KIENYKE.COM le ofrece para socializar un gato
- A los gatos no les gusta demasiado el cambio e introducir un nuevo compañero (a) en casa es uno gigante. Así que antes de llegar con la nueva mascota es pertinente familiarizarlo con su olor. Esto se hace de manera sencilla. Solo se debe tomar una toalla o una cobijita y frotarla sobre las mejillas del nuevo felino, por donde secretan gran cantidad de hormonas, y luego se pone cerca del lugar por donde habitualmente está el gato antiguo, de esta forma la olfatea y puede facilitar el primer encuentro. La operación se debe repetir un par de veces.
- Cuando llega el día de llevar al nuevo habitante al hogar, lo mejor es que ninguno de los dos se vea ni se toque, porque los felinos son muy territoriales y se podría desencadenar una pelea que no es favorable para su posterior convivencia. Por eso, el recién llegado debe alojarse en una habitación en donde pueda permanecer a puerta cerrada. Los maullidos y el olor llamarán la atención del antiguo residente y tendrán un contacto controlado por medio del espacio por debajo de la puerta.
- Al momento de permitir el contacto visual, un truco que funciona a las mil maravillas es poner al gato nuevo tras el ventanal del balcón y al antiguo dejarlo adentro. Se deja un pequeño espacio de del ventanal abierto, para que empiecen la interacción. Seguramente verán colas esponjadas y alguno que otro siseo, pero es normal, así se van adaptando el uno al otro.
- Luego llega el momento de dejarlos estar juntos en el mismo espacio, obviamente bajo toda la supervisión. Si alguno de los dos se enfada, se retira al gato nuevo para su habitación y se repite la operación al día siguiente.
- El último truco, una vez se surtan los pasos anteriores, es dejarlos andar por la casa solos. Primero al nuevo, para que sepa cuáles son las áreas marcadas ya como territorio del más antiguo, y luego al primero en el hogar. Tras esto, se puede dejar a los dos juntos.