Desde 2017 en la Fórmula 1 hubo un descontento y diversas maneras de inconformismo por los cambios que anunciaría la Federación Internacional del Automóvil -FIA- en cuanto a normas y condiciones en los motores de las monoplazas.
La reunión fue en horas de la mañana con el Grupo Estratégico y de la Comisión de F1 este martes en la sede de la FIA en París, en presencia del francés Jean Todt, presidente de la FIA, y de -Chase Carey, el patrón estadounidense de la F1.
Entre las modificaciones previstas para 2019 figura un aumento del límite de carburante, que pasará de 105 a 110 kilos, "para poder usar el motor a plena potencia en todo momento".
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También se tendrá en cuenta el peso del piloto. Los que estén por encima de esa norma no podrán competir. Además, los corredores deberán usar guantes biométricos, debido a que estos pueden incrementar la seguridad y facilitar la ayuda médica en caso de accidente.
No serán los únicos cambios que la FIA tiene contemplado. Se estudiará más a fondo la aerodinámica en diferentes pistas alrededor del mundo.
Inconformismo en escuderías
Una de las propuestas de la FIA son las características del motor que siga siendo un V6 híbrido de 1,6 litros de cilindrada, pero con la desaparición del sistema de recuperación de energía conectado al turbo (MGU-H), que es uno de los más costosos en las monoplazas.
Las escuderías que tienen estos motores son Aston Martin y Porshe. Mientas que Ferrari y Mercedes no están de acuerdo con esta medida por la limitación de sus presupuestos.
Ante esta situación en la finalización de la temporada 2017, el dueño de Ferrari amenazó con salir de la competencia y crear otra Fórmula 1 con diferentes normas. Sin embargo, en el 2021 se conocerá los avances y la concertación de esta nueva reglamentación.
