Domingo. Día de mercado en la tranquila ciudad de Salice en el sur de Italia. Ese día, como el resto de los días del año, no pasa mucho. El sol alumbra las piedras que le dan forma a las calles de la pequeña ciudad, los pájaros cantan y los ancianos leen. Mientras tanto, las señoras compran los víveres para el consumo de la semana. Lea también: Pogba, el hijo de África que quiere conquistar Europa
En una esquina algo perturba la tranquilidad. Las mujeres más jóvenes gritan agudamente, como si hubieran visto una estrella de rock, los jóvenes desenfundan a toda velocidad sus celulares y toman fotos como locos, los viejos, miran de reojo, pero al ver la figura que genera el despelote, se convierten en jovencitas adolescentes y corren a tomarse fotos con él. Es Lionel Messi, el mejor jugador de fútbol del mundo. También le puede interesar: El lado oscuro de Lionel Messi
¿Qué hace el diez del Barcelona ahí?, en un pueblo que no supera los 20 mil habitantes y que no es reconocido precisamente por su pasión por el fútbol. También le puede interesar: El futbolista que propuso quemar los bancos
Llegó al lugar por recomendación del entrenador Gerardo ‘El Tata’ Martino y el jugador Martín Demichelis, quienes le sugirieron a ‘La Pulga’ visitar a un médico que vivía en esa pequeña localidad. Messi, desesperado, buscaba respuestas a los constantes vómitos que lo sorprendían a mitad de los partidos.
“Me pasa en algunos partidos, a veces incluso antes de jugar, en los entrenamientos, en mi casa. No sé muy bien qué es, me hice miles de estudios ", explicó el jugador en diálogo con la prensa española.
Y no pasó pocas veces. Los vómitos de Messi empezaron en 2011. Le pasó en la Supercopa ante el Madrid, y la pasada campaña ante Sevilla y Levante, incluso con su selección, frente a Bolivia en Eliminatorias y Rumanía en fecha Fifa, también vomitó durante el Mundial de Brasil en el que pese a que Argentina llegó a la final, Messi no tuvo una actuación sobresaliente, como suele tenerla.
No solo eran los vómitos, la pasada temporada al jugador argentino no se le vio con el ímpetu de siempre. Desbordaba y corría menos; sufría más. La prensa rosa rumoró que había terminado su relación amorosa con Antonella Roccuzzo y que era esa la razón del bajón en su rendimiento, se dijo que ‘La Pulga’ ya lo había ganado todo y no tenía motivación, incluso dijeron que al argentino le habían hecho brujería. Nada de eso fue cierto. La respuesta la tuvo la medicina.
Messi fue en busca de Giuliano Posser, un hasta ahora, poco conocido dietista italiano. Nada amigo de las entrevistas, de los medios y los periodistas (como el propio Messi.)
Luego de varias sesiones en las que analizó diversos factores, el médico logró encontrar una dieta con la que Messi dejó de vomitar, subió el nivel, recuperó la sonrisa, la capacidad goleadora, la magia y la gloria. Gracias a eso, peleó y ganó este sábado su cuarta Liga de Campeones.
Los métodos de Poser mezclan un gran conocimiento en dietas con tratamientos próximos a la kinesiología, que ayudan a estar fresco no sólo física sino también mentalmente. Hace unos años, Poser explicó en el "Corriere del Veneto" en qué consistía su dieta.
"Verduras, frutas de la temporada y una buena agua mineral son combustible esencial para nuestros músculos. Hay que reducir la ingesta de alimentos procesados o contaminados con pesticidas, herbicidas, antibióticos, medicamentos... y por supuesto alcohol, tabaco y alimentos que no son tolerados. Los jugadores de fútbol a menudo pagan las consecuencias de la mala nutrición".
La prestigiosa técnica de Posser, además incluye "ejercicios compuestos y terapias emocionales, con la ayuda de psicoterapeutas y con el uso de las Flores de Bach". Giuliano Poser añadió en dicha entrevista que "en todos los deportes, sobre todo en el fútbol, probablemente se ha abusado durante muchos años de los fármacos anti-inflamatorios y analgésicos".
El trabajo del médico, que además incluyó una fuerte labor sicológica, cuyo objetivo fue aislar al argentino de un entorno convulsionado por cuenta de un presunto fraude fiscal de 4,16 millones de euros vinculados a los derechos de imagen del jugador entre 2006 y 2009 y en el que su padre era el protagonista, dio resultado.
Messi mirando al cielo alzando la cabeza y los índices de sus manos, volvió a ser portada de los diarios del mundo.
Messi eludiendo rivales-como si fueran palos de madera-, volvió a ser el video más visto en YouTube.
Messi motivado, Messi riendo, Messi pintando con sus pies. Volvió y parase que para rato.
La revista France Football, referencia del deporte rey y creadora en 1956 del Balón de Oro, puso en su portada un debate cada vez más patente en el deporte rey: "¿Es Messi más grande que Pelé?".
"Cuando Lionel Messi se dirige a la conquista de su cuarta Liga de Campeones el sábado en Berlín, su trayectoria, sus estadísticas y su impacto empujan a la comparación con el que siempre se ha considerado el mejor jugador de todos los tiempos, el 'rey' Pelé", dice la revista, que en su portada pone "La pulga" argentina y al brasileño Edson Arantes do Nascimento.
La revista reconoce que la comparación entre Messi y Pelé sería semejante a equiparar en música a Elvis Presley con Mozart o en pintura a Rembrandt con Dalí.
Desde el debut de Pelé en Brasil en 1956 al de Messi en España en 2004 casi nada es igual. El mundo ha cambiado "política, social y económicamente" entre ambas carreras, la que desarrolló Pelé hasta los 35 años en el Santos brasileño y a partir de entonces en el Cosmos estadounidense y la de Messi, que llegó a Europa a los trece años y se "arraigó en la cultura europea".
"El fútbol también es muy diferente" y "la protección, la imparcialidad de los arbitrajes y la seguridad del ambiente de las que se benefician a los delanteros modernos es de un contraste absoluto comparado con los actos de violencia o de 'antifútbol' que manchaban los terrenos de juego de tiempos de Pelé", dice France Football.
El médico que acabó con los vómitos de Messi
Sáb, 06/06/2015 - 03:05
Domingo. Día de mercado en la tranquila ciudad de Salice en el sur de Italia. Ese día, como el resto de los días del año, no pasa mucho. El sol alumbra las piedras que le dan forma a las calles d