Meredith Kercher tenía 21 años cuando dejó su natal Londres para asistir a un programa de intercambio estudiantil con L’Universitá per Stranieri en la ciudad de Perugia, capital de la región de Umbría, en todo el centro de Italia. Ese mismo año, 2007, otra estudiante universitaria de la ciudad de Seattle, estado de Washington, también viajó a Perugia a realizar un programa de intercambio en la misma universidad que Kercher.
Ambas estudiantes se conocieron al responder anuncios en que buscaban vivienda con otras estudiantes, y así es que terminaron viviendo en la misma casa junto con otras dos jóvenes italianas, Filomena Romanelli y Laura Mezzetti. Inicialmente la inglesa y la americana se llevaron muy bien, a pesar de que Kercher era una joven tímida y tranquila y Knox era extrovertida y muy sociable. Con el tiempo la relación se deterioró pues Kercher no soportaba las continuas visitas que Knox recibía en la casa que compartían y por esta razón las jóvenes se distanciaron.
El 31 de octubre, Meredith Kercher y Amanda Knox festejaron Halloween en la casa de Giacomo Silenzi, un joven italiano con quien Kercher estaba saliendo. El 1 de noviembre Kercher estuvo cenando con dos amigas, luego vieron una película y después volvió a su casa hacia las 9:15 de la noche. Knox, que estaba cansada por la fiesta de la noche anterior, dice haber pasado la noche en la casa de su novio, el joven italiano Raffaele Sollecito. Esa noche, Filomena Romanelli y Laura Mezzetti no permanecieron en la casa que compartían con Kercher y Knox. Knox dice haber vuelto a la casa durante la mañana del 2 de noviembre y que encontró la puerta de la habitación de Kercher cerrada, por lo que asumió que estaba durmiendo. Dice haberse dado una ducha y haber visto sangre en el piso del baño, luego volvió a la casa de Sollecito y cuando ambos regresaron a la casa juntos se dieron cuenta de que alguien había roto un vidrio de una habitación.
Amanda Knox y Raffaele Sollecito.
La cronología de cómo sucedieron los hechos de ahí en adelante es confusa, puesto que ambos Knox y Sollecito cambiaron sus declaraciones varias veces.
Knox dice que se dio cuenta que alguien había entrado a la casa y había robado algunos objetos, y que por eso ella y su novio llamaron a la policía. También se ha dicho que cuando una de las dos italianas que vivían en la casa volvió con unos amigos, fueron ellos quienes notaron que faltaban cosas, pero para ese entonces la policía ya había llegado, y no por la llamada de Knox y Sollecito, sino porque llegaron hasta allí siguiendo el rastro de un celular de Meredith Kercher que se encontraron en un jardín cercano a la casa de las estudiantes. Cuando las habitantes de la casa supieron que el celular que la policía encontró pertenecía a Kercher, derribaron la puerta de su cuarto y encontraron su cadáver ensangrentado en el piso y cubierto por un edredón. De inmediato, las autoridades concluyeron que quien mató a Kercher simuló haber entrado a la casa por la fuerza, y Amanda Knox se convirtió en la primera sospechosa. Al parecer, mientras entraba y salía tanta gente de la casa, la escena del crimen fue alterada, lo que eventualmente complicaría mucho la investigación.
Durante los siguientes cuatro días Knox fue sometida a constantes y eternos interrogatorios en italiano, y la joven terminó implicándose a sí misma, a su novio Sollecito y al congolés Patrick Lumumba, el dueño de un bar donde trabajaba. Al haberse determinado que no había ADN de Lumumba en la escena del crimen, el hombre fue absuelto. Luego la demandó por difamación y ganó la demanda, quedando Knox obligada a pagarle 28.000 euros que fue lo que el hombre pagó a sus abogados para que la defendieran.
Patrick Lumamba antes de ser declarado inocente.
La evidencia que liberó a Lumumba culpó a Rudy Guede, un vendedor de drogas de la zona, cuyo ADN fue encontrado en la escena del crimen. Se encontraron también las huellas de sus zapatos sobre la sangre de Kercher en el piso, la marca de una de sus manos en la almohada de la víctima, una maleta sobre la cama y materia fecal en el inodoro de la casa. Rudy Guede, quien admitió conocer a la víctima y haberla asesinado, fue condenado por la violación y el asesinato de Meredith Kercher y recibió 16 años de prisión por el crimen. Pero además, los resultados de la autopsia, que revelaron que la víctima fue abusada sexualmente y acuchillada, determinaron que Kercher murió desangrada a causa de las heridas y que Guede no actuó solo, y luego de haber declarado que Knox y Sollecito lo ayudaron, ambos jóvenes fueron condenados a 26 y 25 años de cárcel respectivamente.
Meredith Kercher y la escena del crimen.
En octubre de 2011, luego de que ambos jóvenes hubieran pasado casi 4 años en la cárcel, un juez determinó que no existía suficiente evidencia para condenarlos por el crimen, ordenó su liberación y programó un nuevo juicio. Esta fue la oportunidad de Amanda Knox de salir del país y así volvió a Seattle, a la casa de su familia.
Luego del segundo juicio, el 30 de enero de 2014, ambos fueron encontrados culpables por segunda vez. A finales del mes de enero oficiales de la policía encontraron a Sollecito en la frontera de Italia con Austria, y para evitar que salga del país le quitaron el pasaporte. Por su parte, Amanda Knox se niega a volver a Italia y declaró: “Primero tendrán que cogerme y luego arrastrarme a patadas”.
Fuente: The Crime Library
Un dealer, una estudiante acuchillada. ¿Quién la mató?
Sáb, 08/02/2014 - 05:55
Meredith Kercher tenía 21 años cuando dejó su natal Londres para asistir a un programa de intercambio estudiantil con L’Universitá per Stranieri en la ciudad de Perugia, capital de la reg