En un allanamiento a una vivienda, realizado por la Policía Nacional a comienzos de esta semana, se encontraron 28 ciudadanos de nacionalidad venezolana que estarían siendo explotados sexualmente. Los hechos ocurrieron en el barrio Los Andes en la ciudad de Barranquilla.
Testigos de la presunta explotación, contaron a la Fiscalía los diferentes maltratos a los que eran sometidos diariamente. Además, relataron el modus operandi de los responsables de los delitos cometidos, quienes se encargaban de grabar diferentes videos y comercializarlos en internet.
Uno de ellos, según contó Blu Radio, de nombre José dijo en medio de audiencias concentradas, que debido a la necesidad que estaba atravesando en ese momento, cayó en el negocio de las videollamadas. Allí conoció a un hombre llamado José Aduen Uribe, quien lo obligaría a trabajar más de siete horas diarias sin dejarlo salir.
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Aduen, fue capturado por el delito de trata de personas. Adicionalmente, decía ser sacerdote en la ciudad de Cartagena para ganarse la confianza de quienes más adelante serían sus víctimas.
"Me quise ir pero me amenazaba, me prometió sacar una cédula colombiana y no lo hizo", aseguró el testigo, quien también reveló en qué consistiría su trabajo. "Mi trabajo era masturbarme, vestirme de transexual. Por 70 'tokens' me daban 40 dólares. Duré dos meses allí".
Un segundo testigo, de nombre Arturo, agregó que aparte no los dejaba salir. Y según su versión los tenía pasando hambre. Dentro de la vivienda habían 28 personas, entre ellas un menor de edad que era obligado a trabajar 16 horas seguidas, bajo la amenaza de que si no lo hacían les dispararía con un arma de fuego.
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Además de siempre mantenerlos bajo engaños, "nos decía que si hacíamos entre 10 mil y 15 mil 'tokens' nos pagaba un millón de pesos, pero nos maltrataba y no nos pagaban", afirmó Arturo.
"Todos los días tenían que producir y tener sexo", reveló la Fiscalía General de la Nación.
Cabe resaltar que el hombre que estaría detrás del crimen, había sido expulsado de la comunidad anglicana de San Francisco de Asís en el año 2015, por hacer recaudos personales a título de la iglesia. Sin embargo, se seguía presentando como miembro para beneficio propio.