Kevon Watkins, de 18 años, tendrá que pasar el resto de su vida en una prisión por cometer su peor error: haber asesinado a su hermana,
Alexus Watkins. El joven fue condenado a cadena perpetua.
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El juicio en el que se dictó la sentencia en su contra fue desgarrador. Los familiares de Kevon quedaron en "shock" y comenzaron a llorar cuando la juez pronunció la pena. Hasta ella misma confesó que ha sido uno de los casos más duros que ha pasado por sus manos.
"Es lo más difícil que he tenido que hacer desde que asumí el banco en abril de 2014", dijo la juez según
The Telegraph.
Con lágrimas en los ojos, el condenado se disculpó con sus familiares. Aseguró que no quiso matar a su hermana y que la amó profundamente.
El crimen
Todo ocurrió en febrero del 2018. Kevon llegó a casa con el objetivo de jugar Xbox. Al notar que la conexión estaba lenta y el juego se trababa, decidió cambiar la clave del
Wi-Fi, debido a que había mucha gente conectada a la red.
Su hermano menor se dio cuenta y le contó a su madre, Latoya Watkins. Ella lo regañó por haber cambiado la contraseña sin su permiso. Entró a su cuarto para decomisarle la consola. Él se molestó y se generó una fuerte discusión.
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En ese momento, Alexus ingresó a la habitación para calmar los ánimos, pero fue ella la que terminó afectada. Kevon tenía la intención de golpear a su madre, pero agarró a Alexus del cuello y la comenzó a estrangular por varios minutos.
Layota llamó a la Policía. Cuando llegaron, diez minutos después, Kevon soltó a Alexus. Al siguiente día ella murió en un hospital.