Está mujer de 36 años trabajaba en una pastelería cercana a su lugar de residencia y con este trabajo le podía enviar dinero a su hijo de 18 años que vive en Colombia.
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Diez días antes de su muerte, Johana Salazar, le había alquilado una habitación a un taxista español, él es el principal sospechoso del crimen de la colombiana.
Al parecer, por causas aún desconocidas, una pelea entre Johana y el taxista, terminaría en el horroroso asesinato.
La noche anterior al homicidio se escucharon gritos procedentes de la casa de la mujer, después de unos minutos, el silencio volvió y nadie sospechó que algo terrible acababa de suceder.
En la casa número 3 de la calle el Matadero de Alcorcón, la cuñada de la víctima, quien tenía llaves de la casa de Johana, encontró la escena del crimen. La mujer estaba en el baño, tenía un fuerte golpe en la cabeza, dos puñaladas profundas en el pecho y cuello. Había sangre por toda la casa, pero estaba seca, lo que evidenció que el asesinato se produjo mucho tiempo antes.
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Las autoridades españolas realizaron el levantamiento del cuerpo y están en la tarea de recopilar todas las pruebas para encontrar al autor del homicidio de Johana Salazar.
El taxista, y presunto homicida ya fue detenido, pero aún no ha confesado su participación en el hecho.
El drama para la familia de esta mujer no termina, necesitan ayuda económica para repatriar el cuerpo a Colombia.
Mientras tanto, en el Instituto Anatómico Forense se encuentra el cuerpo de Johana a la espera de que un juez autorice su entrega a los familiares.