Las debilidades de un líder deben servir para modificar el caos en oportunidad. Pero ocurre que en su gran mayoría optan por la vía de la comodidad del ocultamiento, de la justificación inútil y lo que hacen es generar más inquietudes que certezas. Les cuesta aceptar su propia realidad.
Ser vulnerable hace parte de la condición humana. Los que persiguen la perfección, la excelencia, sin percatarse que ese estado de cosas no es permanente, se imponen un engaño que termina siendo su enemigo mayor. No administran los límites.
Todo líder ha tenido que convivir con crisis personales. Nadie le reprochará cuando asume sus flaquezas, las cuenta, comparte y hasta puede pedir orientación. Pero ser honesto antes adversidades, no suele ser una actitud repetitiva, es todo lo contrario.
En muchas oportunidades, las circunstancias obligan a reconstruir el entorno. Quedarse estancado, intentando a todo momento irse por las ramas, darles la espalda a los acontecimientos propios, es una fórmula que amortigua la presión diaria, pero a largo plazo, pasa factura.
No deben tener miedo. El que dirán pasa a un segundo plano, lo que de verdad importa es asumir con lealtad, que un tropiezo, error, equivocación, es inherente a la condición humana. Abandonen la vanidad y el ego, hay que permitirse la franqueza.
Es natural que alguien que forjó su vida para llegar a una posición de poder y de repente se estrella de frente con tropiezo personal, le cueste aceptar dicha realidad.
Otros buscan refugios en personas sin las cuales les queda difícil avanzar, esta alternativa en realidad no se puede cuestionar, lo que sí es sujeto de crítica, es la imposibilidad de poner el pecho a la brisa, decir las cosas como son y asumir las consecuencias que ello implique.
Las desgracias se reducen cuando se asume la verdad. Es más, se podrían incluso permutar por opciones de fortaleza en medio de la tempestad. Esto lo valora mucho la ciudadanía.
Entonces reflexión para cerrar, señores líderes con algún tipo de problema personal, familiar, de salud o lo que sea, no intenten borrar lo que pasa, asuman y punto. La historia juzgará.