En Egipto se utilizaban rocas calientes cubiertas de plantas medicinales con propósitos curativos. El tabaco estaba muy difundido, en 1963 H. Gilbert presentó una alternativa para dejar de fumar. Era un dispositivo que no incluía nicotina y un solo propósito: olvidarse del cigarrillo. Excelente intención, pero el tabaco estaba regado y expandido en el mundo.
En el 2000 gana popularidad y aparece el cigarrillo electrónico introducido por farmacéutico chino, Hon Lik. Este dispositivo utilizaba una batería para calentar un líquido con nicotina que producía un vapor que se podía inhalar. El vapor inhalado podía contener nicotina (la droga adictiva del tabaco), saborizantes y toxinas, incluidas las que causan cáncer. Las limitaciones que tiene el cigarrillo electrónico: solo se puede vender a los mayores de 18 años, Sin embargo, es muy común entre los adolescentes y con estadísticas muy fuertes: uno de cada cinco estudiantes vapeaba nicotina. Es bueno precisar que el aerosol del cigarrillo electrónico contiene menos sustancias químicas toxicas que la mezcla de 7000 sustancias químicas que hay en el humo de los cigarrillos regulares.
El cigarrillo electrónico se puede dividir en tres categorías: mini, mediano y moderado. Los sabores del vapeo son variados: frutales, mentolados, dulces. Se calcula que cerca de 55 millones de personas están utilizando cigarrillo electrónico en USA y la industria mueve más de 10 mil millones de dólares. Hay otros tipos de vapeo: hierba seca, cera etc. Se vende como una buena alternativa para dejar de fumar. Sin embargo, la llegada de la nicotina hacia los pulmones pueden ser un factor que condicione la aparición de cáncer de pulmón. Es importante utilizar el dispositivo en una zona bien ventilada, ya que el vapor puede irritar los ojos y la garganta. Además, realizar un mantenimiento adecuado del dispositivo, puede obstruirse o dañarse, si no se cuida correctamente.
Tanto su auge que se produjo un documento la OMS alertando sobre los peligros que implican y los serios daños que producen, Hay cerca de 74 piases que aún no han legislado sobre estos perjuicios. Se insisten en la liberación de sustancias cancerígenas que pueden tener implicaciones y secuelas pulmonares y cardiacas. La estrategia de deshabituación basada en el uso de cigarrillos electrónico debe alcanzar los requisitos en que se comercializan estos elementos y su autorización. Cuestiona los estudios y su financiación dirigida, menciona el hecho que estas pruebas falsas de no daño lo que busca es promocionar el consumo de cigarrillos electrónico en niños y no fumadores.
El consumo de cigarrillos electrónico entre los jóvenes se ha aumentado en forma impresionante. Países con cifras que alarman: en los últimos 5 años Canadá se duplico e Inglaterra se multiplico por 5. Tan solo en Colombia, específicamente, el consumo de cigarrillos electrónicos o vapeadores con nicotina fue de 5 por ciento en 2019, lo que se traduce en que unos 1,1 millones de personas los han usado alguna vez en la vida. Cifras preocupantes arrojo el estudio del Instituto Nacional de Salud y la Universidad de Santander:245 casos de enfermedad asociada con el vaspeo,59 muertes registrados y áreas donde es más notorio (Bogotá, Caldas Antioquia) Mencionan este estudio la publicidad engañosa (tres empresas sancionadas) y como las medidas preventivas deben empezar desde los profesionales de salud hacia los niños y jóvenes para impedir su uso. Hay evidencia de que los niveles y el número de sustancias tóxicas encontradas en cigarrillos electrónicos tienen efectos adversos en la salud respiratoria, cardiovascular y sistémica. Es un grave riesgo de salud pública y no hemos sido conscientes: el mercado crecería 126,5% a 2023 con ventas de $43.900 millones. Es curioso el dato que el 12% de los padres saben que su hijo vapea y el 10% están de acuerdo. Esto incluye la obligación de proporcionar información clara y precisa sobre los productos, así como advertir de manera destacada sobre la nocividad de los componentes de los productos de vapeo, en particular de las sales de nicotina y líquidos de vapeo.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) ha publicado que la nicotina ha sido vinculada a daños en el desarrollo cerebral de los adolescentes. No ha terminado de madurar la corteza prefrontal en personas menores de 25 años y es muy lábil en este periodo. Además, su uso durante el embarazo puede dar lugar a nacimientos prematuros y bebés con bajo peso al nacer.