No ha terminado la semana y esta será la Semana Mayor en Salud. Significativos hechos marcaron los días y nos obligaron recapacitar sobre el sistema de salud en Colombia: el hundimiento en la Comisión Séptima de la Reforma y la intervención en dos días de Sanitas y la Nueva EPS dejando a cerca de 16 millones de pacientes a la deriva de los caprichos tornadizos del estado.
La falta de apoyo tiene una sola causa grande: no hubo consenso con los grupos políticos del congreso, hoy, y los partidos políticos consideraron que no tenían los cambios solicitados propuestos. Se escucharon todas las opiniones, las asociaciones y gremios, representación de pacientes y enfermedades huérfanas y extrañas. Los ministros estuvieron presentes y delante de ellos los miembros de la comisión votaron: la mayoría ratifico lo que habían firmado días antes y se hundió la reforma. Destaco el valor, carácter y coherencia de este grupo de senadores, quienes haciendo caso omiso a todos los ofrecimientos del gobierno, decidieron actuar a conciencia y en forma disciplinada dijeron no. En esto no hay vencedores ni vencidos, gano el país, y la libertad de escoger la conveniencia o no de aprobar su curso o enterrarla. Escogieron lo segundo.
Los ministros presentes utilizaron las estrategias del estado para cambiar su voto. Los recursos para dilatarlos fueron fallidos y esto que recibe el gobierno de Petro, la derrota política más grande, de su empeño en cambiar improvisado un sistema que la inmensa mayoría de pacientes piensa que está funcionando bien (70%). Necesita algunos ajustes para universalizarlo y hacerlo un ejemplo de prevención y promoción de la salud. Los berrinches, pataletas, insultos del ministro de Salud quedaron el aire: no tuvo la inteligencia para la búsqueda de los consensos, no alcanzo el equilibrio con la otra orilla y pensó que apretando desde el estado tendría los votos positivos. Que gran equivocación. Su paso por el ministerio fue fallido y debería estar preparando ya su salida: otro aire se reclama.
No se equivoquen cuando piense que se estatizo la salud y a la brava. Es tan fácil arrinconar las EPS, sabemos que la unidad de pago por capitación no alcanza y su vulnerabilidad es alta. Se habla de incumplimientos. De quejas por encima del promedio nacional, compromiso de reserva patrimonial y recursos gastados que no tienen explicación. ¿Hubo seguimiento-es lo que se espera ante una situación de crisis-, compañía de su ejercicio, acompañamiento en las medidas para su cumplimiento y si después de estas dos condiciones no hay orden, la intervención oficial es lo indicado? No conozco sino la ultima medida cuando los pacientes pasaron a supervisión de la Superintendencia de Salud. Hoy la Contraloría califica esta de incompetente.
Mas aun, está preparado el ministerio de Salud para recibir este flujo de pacientes. Durante los últimos 12 meses ¿se ha cambiado o han adecuado dependencias encargadas al respecto?, El ministro no ha tenido tiempo ocupado en las diligencias para lograr el trámite de aprobación, encargó a alguien o alguna instancia con esa responsabilidad. Cuando los pacientes no consigan citas, les falte atención y medicamentos, como justificaran esta irresponsabilidad. ¿Qué harán los enfermos de enfermedades de alto costo?
Desproporcionada y retaliatoria califican las EPS las medidas tomadas, se quejan de no haber sido escuchadas (Sanitas presento en diciembre 2023 plan de reorganización institucional y mostraba su respaldo patrimonial). El Gobierno a través de estas intervenciones (25 millones de pacientes) está haciendo la reforma y lo hace por la puerta de atrás, dejando a los pacientes que alcancen, sin ventilación asistencial.
Hay que tener presentes las historias de las intervenciones en salud. Es muy sencillo preguntar por Caprecom o Famisanar y llegaremos a la conclusión que su destino fue la liquidación. En los últimos 5 años todas han sido sepultadas. Con un revolver en la sien, ¿podrá Sanitas o la Nueva EPS superar el duelo? Es la oportunidad para que pacientes y asociaciones médicas tomen el primer lugar y propongan soluciones. Todas las EPS están sufriendo por la falta de recursos y el alto costo. La Academia Nacional de Medicina debe continuar con el liderazgo y llamar nuevamente. Los pacientes y sus gremios deben reunirse y promulgar soluciones concretas. La Asociación de Hospitales debe participar y estos actores reunidos hacer de nuevo una propuesta racional que salve el sistema de salud. Son los primeros protagonistas.
