Marca el camino a seguir en la selección Colombia, con su declaración de intenciones, Néstor Lorenzo el técnico actual, con un discurso poco original, con frases que parecen refritos, cortadas y pegadas, de autores anteriores.
Parece hecho para cumplir con las tareas en la escuela.
Como los técnicos que le precedieron, promeseros al llegar y conflictivos al marcharse.
Recuerdo frases del pasado, como “prohibido el pesimismo”, “se juega en equipo, se celebra en equipo”, “daremos el 500%”, “ ser campeón todos los días”, “ recuperaremos el estilo”, “debemos aprender a competir” y muchas más, que se perdieron en el camino porque carecieron de acción.
Lorenzo relativiza la influencia que en el presente futbolero tiene para los colombianos, Luis Díaz. No será un equipo al servicio de una figura, afirma, algo esperado por los efectos que tuvo el divismo desmedido en procesos anteriores.
Pero injusto es desconocer su importancia y su trascendencia en el juego. Todos los entrenadores de categoría realzan la calidad de sus figuras, las rodean de manera adecuada y las protegen.
Manifiesta su deseo de recuperar a James Rodríguez, regresarlo de las lejanías, donde madura su retiro, porque le ve aún edad para competir. Aprecia que sus habilidades no son cosa del pasado, ni deben ser desaprovechadas, algo que para muchos es apropiado.
Pero, al facilitarle el camino de regreso, minimiza su larga inactividad y su voluntad de competir o no, en el alto vuelo.
Tanto su maestro Pékerman, como Ancelotti, sacaron la mejor expresión de James como futbolista , para elevarlo en el mundo del balón. Fueron otros tiempos, otros momentos, antes de que, empoderado, levantara su voz para tomar, o intentar tomar, el control del vestuario. ¿Será que esta vez se reivindica con humildad, sin provocaciones?
Si el objetivo de Lorenzo es volver a los mundiales, la tarea se ve cómoda. Seis tiquetes y medio están garantizados en suramérica para ir al norte del continente, en la próxima cita. Pero se requiere, para conseguirlo, trabajo calificado como relevo a los discursos vacíos.
Creado Por
Esteban Jaramillo