El gobernador Andrés Julián Rendón lleva desde el día de su posesión afirmando que el Gobierno Nacional ha olvidado a Antioquia y ha visto en la finalización del Túnel del Toyo el caballo de batalla perfecto para sustentar su narrativa.
Hay que entender que el Guillermo Gaviria Echeverri tiene una obra “hermana” que necesita de forma urgente la finalización del túnel para poder ser un negocio viable: Puerto Antioquia, la terminal portuaria que está en proceso de construcción en Turbo.
Aquí es donde está la verdadera preocupación de Andrés Julián Rendón y el uribismo para terminar el Túnel, el motivo por el cual armaron la vaca inviable que al ritmo que va se demoraría 6 años en recoger los recursos necesarios para la obra, que sólo sirve para tratar de torcer el brazo del Gobierno Nacional para que financie algo que no le corresponde.
Puerto Antioquia es un negocio liderado por el empresario Óscar Izasa Benjumea, dueño de PIO SAS, empresa que tiene una de las concesiones portuarias que funcionan en Buenaventura. Tiene como socios a la naviera CMA CGM del francés Jacques Saade y a la empresa de construcción francesa Eiffage, de múltiples grupos de inversión y banca europeos. Además, están cinco de las más grandes empresas bananeras del país, ubicadas en Urabá: Agrícola Santamaría, Banafrut, C.I. Unibán y C.I. Tropical. Hay una participación pública por parte del IDEA, de la Gobernación de Antioquia.
Puerto Antioquia tiene un costo de $774 millones de dólares, de los cuales $400 millones corresponden a deuda principal, $100 millones son de deuda mezzanine (deuda con nivel de riesgo intermedio) y $260 millones de aportes de los socios. El Gobierno de Iván Duque consiguió en el 2021 que el BID Invest, entidad asociada del Banco Interamericano de Desarrollo para el sector privado, le diera un préstamo a los inversionistas por $200 millones de dólares. Cuando se revisa la ficha técnica del préstamo, el BID Invest menciona que antes del comienzo de operaciones del puerto se construirá una ruta alterna de conexión terrestre, o sea, el Túnel del Toyo.
Los inversionistas del proyecto adquirieron una deuda monumental con la idea de que iban a tener una conexión de alta velocidad con el interior del país a través del Túnel, a cargo del sector público. No es coincidencia que el proyecto tenga su nacimiento oficial en 2016, un año después de que el Túnel del Toyo; sin el Túnel, se hace imposible recuperar la inversión en el puerto, el cual se espera mueva 6.6 millones de toneladas.
En el 2019 la Agencia Nacional de Infraestructura le entrega a la Sociedad Bahía Portuaria, empresa creada por los inversionistas para la administración del puerto, la concesión portuaria por 30 años para el funcionamiento de Puerto Antioquia en Turbo. Concesión entregada en el mismo año en que iniciaron las obras del Túnel por parte de la Gobernación al ser proyectos que van de la mano.
El Túnel debía ser originalmente entregado en 2022, mientras que la ficha inicial estimada de funcionamiento del Puerto era mayo del 2022. No obstante, por culpa de manejos deficientes por parte de la Gobernación el Túnel está retrasado, a la vez que el inicio de funcionamiento del Puerto se pasó para el 2025.
¿Por qué afirmo entonces que el interés real de Andrés Julián Rendón con el Túnel es que Puerto Antioquia sea un negocio viable? Porque dentro de sus financiadores de campaña se encuentran dos empresas que hacen parte de la Sociedad Bahía Portuaria, socias del proyecto.
Se trata de Banafrut, de Nicolás Echavarría Mesa y de Uniban, fundada por quien le da el nombre al túnel, Guillermo Gaviria Echeverri. La primera aportó con 10 millones de pesos y la segunda con 15 millones de pesos. ¿Qué significa esto? Que los que más tienen que perder si no se finaliza el Túnel son los que pusieron recursos para hacer gobernador a Andrés Julián Rendón.
Hay que tener en cuenta que Aníbal Gaviria, de la familia dueña de Uniban, cuando fue alcalde de Medellín firmó el convenio para la construcción del Túnel en el cual la Alcaldía se comprometió a poner recursos para la obra. Desde el 2015 las empresas del Urabá les habían mostrado a sus socios que contaban con el respaldo de los políticos del departamento para dejar conectado el puerto.
El nombramiento de Aníbal Gaviria les salió por la culata, puesto que además de verse en la obligación de declararse impedido en todo lo relacionado con el Puerto por el claro conflicto de interés, no avanzó con la finalización del Túnel. Ante las fallas de las administraciones departamentales anteriores para concretar la obra, pusieron sus recursos en un candidato a la Gobernación que desde campaña dejó clara su postura: es el Gobierno Nacional el que debe pagar la finalización del proyecto.
Con la vaca, Andrés Julián Rendón bajo orden directa de Álvaro Uribe mediante un simple tweet está tratando de salvar la inversión de sus financiadores, creando un discurso basado en la idea de que si el Gobierno no asume la finalización del Túnel es porque odia a Antioquia.
Lo que no dice es que tiene que responderle como sea a los empresarios que lo pusieron en el cargo, quienes siempre han visto que los gobiernos departamentales y nacional actúan pensando en que puedan recuperar su inversión. El interés de Rendón en el Toyo no es la población del Urabá, no es el riesgo de un elefante blanco, es que Puerto Antioquia sea viable para sus financiadores.
¿Por qué no ha propuesto una vaca para terminar la vía 4G Pacífico, tal como se lo vienen pidiendo los alcaldes, la cual cuesta el 10% de lo que se necesita para el Guillermo Gaviria? Simple, porque no es una conexión estratégica con Puerto Antioquia.
¿Por qué no le ha pedido a los socios de Puerto Antioquia que pongan para la vaca? Porque el compromiso tácito siempre ha sido que el Gobierno les hace el túnel para que puedan recibir ganancias. Sin contar con que tienen una deuda astronómica y dudo que tengan mucha intención de poner más recursos propios.
No se pone en duda por en segundo la necesidad de contar con el Túnel, ni que Puerto Antioquia podría ser muy beneficioso para el Urabá y el país siempre y cuando sus ganancias se reinviertan en el territorio. Lo que sí cuestionamos es la narrativa de que les importa la gente del Urabá, que su afán de pedir donaciones es para conectar a los territorios, cuando lo que tienen es una tarea puesta por los socios de Puerto Antioquia de que su inversión no se vea comprometida.