Los intereses de toda la sociedad se concentran en el Congreso de la República. No solo por la producción de leyes se debe medir el trabajo del legislativo, el asunto va más allá: preservar la democracia misma.
En cada congresista, reposa toda la representatividad de la gente. Por el Senado y la Cámara de Representantes, pasa todo el país. No existe ningún tema que no sea abordado en este cuerpo colegiado.
La leyenda que el Congreso trabaja solo dos días a la semana es falsa. La función de representación implica un contacto permanente con la población, identificar problemáticas, proponer soluciones y gestionarlas. Descanso no hay.
A un gran sector de la opinión pública y publicada, les cuesta reconocer esta labor extensiva de los legisladores. No la mencionan, mucho menos la destacan. El universo de vigilancia se concentra específicamente en los proyectos que se aprobaron y los que se hundieron. Es sin duda, un limitado monitoreo.
Reconforta descubrir un genuino ´Guardián de la institucionalidad del Congreso´ como lo ha demostrado sin vacilar, el actual presidente del Senado colombiano Iván Name. Es la conciencia de lo que debe hacerse y no de lo que otros quieran que se haga.
Se equivocan los que piensan que el actual presidente del Congreso Iván Name quiere generar algún tipo de confrontación, es todo lo contrario, en realidad es un formador de consensos.
El Congreso es la sede de las decisiones colectivas. Se democratizan las discusiones, se escuchan todas las posiciones, se generan debates con el propósito de construir y entregar la mejor legislación posible para la sociedad.
La compatibilidad Congreso y sociedad, está supeditada a los resultados que la gente comprenda como necesarios, anclados en la posibilidad de un mejor futuro. Intentar desacreditar un Parlamento, es debilitar la máxima expresión democrática.
La democracia es imposible sin la existencia de un Congreso, parlamento o asamblea. Es donde se reflexiona y actúa, no podemos permitir clausurar esta posibilidad, hacerlo sería el camino más peligroso para perder la libertad hasta de pensar.