Será la tercera mujer en ocupar la Presidencia de la Cámara de Representantes en toda su historia. Es joven, trabajadora incansable, estudiosa consagrada, muy seria y de convicciones ideológicas inquebrantables: Nunca las esconde. El 20 de julio asumirá las riendas de la Corporación, a la cual llegó hace poco más de tres años.
Es congresista por el Departamento del Meta, pero nació en Nueva York. Su nombre es Jennifer Kristin y se lo puso la enfermera que atendió la cesárea de su mamá. “Todas las ecografías decían que era un niño y se iba a llamar Carlos Eduardo, pero al nacer fue niña y la enfermera preguntó cómo se llamaría, pero mi mamá no entendía, entonces la enfermera tomó una revista y de ahí sacó mi nombre” así cuenta la anécdota la legisladora del Centro Democrático.
De los líderes políticos, no vacila un solo instante en ubicar al ex presidente Alvaro Uribe Vélez como su mentor. Sin embargo, guarda un profundo agradecimiento por el presidente Iván Duque y el Ministro del Interior Daniel Palacios. En esta línea se funda su pensamiento en la vida pública.
Siempre fue una estudiante destacada. Durante todos los años escolares le dieron matrícula de honor. Dice que le gusta aprender en todo momento. Nunca se bajó de los primeros puestos. Es una mujer que piensa en grande.
La violencia ha rodeado a su familia. Cuando la hoy legisladora tenía apenas 14 años de edad, su padre fue víctima de un atentado por parte de las Farc. “Fue una situación muy dura como hija ver eso, pero eso me hizo madurar más rápido” cuenta la próxima presidenta de la Cámara de Representantes.
No guarda rencor. Tiene actualmente buenas relaciones con los congresistas, que anteriormente militaron en la desmovilizada guerrilla de las Farc. Aunque afirma que al partido Comunes se les debe exigir mucho más, desde el punto de vista político. En esa petición es pragmática.
Reafirma que su condición de mujer no es una limitante. Desde joven practicó fútbol, a pesar de la resistencia de sus padres. Uno de sus retos permanentes es romper los estereotipos contra el mal llamado sexo débil. Nada le queda grande. Es defensora del poder femenino.
Se ha impuesto muchos retos. Sus cualidades físicas le permitieron convertirse en reina de belleza por su Departamento del Meta en el 2007 y al mismo tiempo cursaba dos carreras universitarias: Ingeniería industrial y Economía. La educación es uno de sus grandes aliadas.
Ser mujer es una gran bendición, dice orgullosa. Se fijó como un desafío romper un récord triste: Apenas dos mujeres han sido presidentas de la Cámara de Representantes en toda la historia. Y lo va a lograr.
Otra faceta que acompaña a Jennifer Arias, es su devoción católica. Todos los días hace el rosario. Está convencida que todo lo alcanzado en sus 34 años de edad, se lo debe a Dios. Y por supuesto, a su persistencia y tenacidad.