No paran las tragedias para las toldas de la extrema derecha que por años hicieron de la guerra un negocio, pues recientemente la Jurisdicción Especial para la Paz -JEP- ha imputado crímenes de guerra y lesa humanidad al General (r) Mario Montoya por 130 ‘falsos positivos’ en el Oriente antioqueño junto a otros ocho militares, que dejan ver una vez más la gran máquina de sangre en que se convirtió por años el Estado Colombiano.
Este hecho, importantísimo por donde se le mire, es posible gracias al trabajo incansable, juicioso y dedicado que ha hecho la JEP por años para reconstruir los acontecimientos de la guerra sin la mano mediática que se encargó de clasificar a unos colombianos en buenos y a otros en malos, sino con la objetividad necesaria para hacer un proceso de construcción de memoria histórica que le permite hoy a las víctimas conocer la verdad.
Uno de los trabajos más importantes ahora es el fortalecimiento de la JEP para que su servicio por la paz siga contribuyendo a la verdad, la justicia, la reparación y no repetición del conflicto armado.
Bonus track: esta semana he presentado una iniciativa legislativa para que los ascensos militares tengan en cuenta el respeto por el derecho internacional humanitario, lucha contra la corrupción y la meritocracia, y así garantizar que quienes avancen en la escala jerárquica sean hombres y mujeres con una gran trayectoria dentro de la institución.
Cada aporte que ha dado la justicia transicional ha hecho que los años de negociaciones en la Habana, el ímpetu, el sudor y lágrimas que se vivieron en esos tiempos allí valgan la pena para poder dar las respuestas que se buscaron durante las décadas de violencia que ha vivido nuestro país, y ello ha dado la oportunidad de que entendamos los por qué y que con todo esto avancemos en la justicia, reparación y no repetición.
Y aunque la mención especial es para la JEP, un lugar muy importante en toda esta historia la tienen las víctimas quienes han sabido esperar, perdonar y reinventarse en un país tremendamente golpeado por el conflicto y que, en ocasiones, pareciera que no quiere pasar la página, pero que son la misma razón para continuar anhelando la paz total porque ver su resiliencia y determinación es la señal para seguir buscando el propósito superior.