En este 2023 meditamos sobre la adicción a viejas y a nuevas drogas en las calles de Colombia. Desde la marihuana y la cocaína hasta el fentanilo. Los peligros de su uso y abuso, así como sobre el alcohol, y cómo ello aumenta los riesgos de padecer problemas de salud mental. Cerca de 200 mil personas mueren al año por el consumo de estupefacientes y no solo debido a sobredosis. ¿Por qué el desapego a la vida? ¿Somos un país de adictos? Algo interesante y satisfactorio: se rechazó la despenalización del cannabis recreativo en el país y, con justicia, los senadores votaron en contra de la iniciativa. Protección de la familia y mayor seguridad en el entorno. Llama la atención que esta moción se ha presentado cinco veces y en todas las ocasiones se haya hundido. Confiemos en que este entusiasmo de algunos parlamentarios para promoverla se calmará por un periodo largo de tiempo.
A pesar de la atmósfera, los alisios no se vieron. Los hechos empujados inundaron el mundo: ganó Miley, Hamas atacó y no ha cesado la guerra de Ucrania-Rusia. Zelenski prometió que este año llegaría la restauración moral y en eso se ha quedado: en promesas. Mucha gente falleció, a la vez que algunos rumbos empezaron tardíos: la coronación de Carlos III.
Un mal gobierno el 2023 y subrayo una alcaldía de Bogotá lamentable. Claudia López, muy poco, y dejo la capital con innumerables trabajos inconclusos. “Pura buya sin cabuya” y negado el don de la ejecución que debe primar en los lideres. Pero si hablamos de funcionarios incompetentes se debe mencionar ministro de Salud.Gallo fino su actitud y temas de controversia todo el tiempo. Se le olvido que venía a construir consensos y termino en plena confrontación con casi todos los parlamentarios. Alcanzaron a aprobar el proyecto de reforma en la cámara…sale machacada, diferente y con muchos artículos inconstitucionales.
El dúo acompañante -como una sombra- ennegrece el futuro. La violencia despierta y activa: fueron asesinados muchos lideres sociales, masacres y nuevamente volvió el secuestro. No hablo del reconocido padre de un deportista: son los que ocurren a diario en los rincones de la nación. Tasa de homicidio de 25/100.000, más de 60 masacres y cerca de 95 lideres sociales acribillados. Retrato que todos los colombianos llevamos en nuestro corazón y en el cerebro. La seguridad nos desvela y la inactividad y ineficiencia de la fuerza pública nos preocupa, se perdió en los trinos (solo una parte de ellos son problemas nuestros) su espíritu combatiente.
Como no mencionar el narcotráfico y las nuevas hectáreas de coca sembradas. Cálculo que ya estamos cerca y pasamos las 250 mil, son múltiples las sociedades que de ella se derivan. No hay señales de paz y estos grupos siembran el terror en el territorio donde cada empresa desea fundar su reinado. Entre enero y septiembre,156 confinamientos,31% más que el año anterior. Entre secuestro y extorsión no sabe uno cual mencionar:286 secuestros este año y sigue en franco ascenso. Mal, muy mal Petro: solo el 28% aprueba su gestión.
Los colombianos participantes anticipadamente conocen que no les creo a sus interlocutores. Son ráfagas de violencia su comportamiento y persistencia de las costumbres odiosas que irritan a los colombianos y enlutan a la familia. Nada útil para el país estas largas reuniones con los grupos guerrilleros. Y menciono algo tangencial de mucha solvencia en el país: la educación de pésima calidad y la inequidad que se observa en el estudiantado. ¿Hay forma de equilibrarla?
En lo personal, lamento el adiós que nuestra familia les dio a dos tías muy especiales, quienes con su afecto y carácter contribuyeron a formar mi adolescencia. Tía Susa fue la consentida en su familia; tenía una energía desbordante y una simpatía excepcional. Un corazón grande, a pesar de que la vida le jugó fuertes tropiezos. Tía Ana María, preferida en su casa y pechichada por su marido. Fue nuestra compañera y siempre estuvo dispuesta a completar los equipos de juego casero. Fuerza sacó para resistir la enfermedad del cónyuge, y energía ante los resbalones de la vida. Para ellas, un hermoso recuerdo en estos escritos. Y llegó María Antonia, mi nieta querida, dueña de nuestros afectos.