Federico Gutiérrez no lleva ni siquiera medio año como alcalde y desde ya ha dejado claro que tiene su cabeza en las próximas elecciones presidenciales y no en gobernar bien en Medellín. En vez de estar buscando la forma de hacerle frente al turismo sexual en la ciudad, ha dedicado su tiempo a ver cómo puede acaparar titulares diarios en los medios atacando al Gobierno Nacional.
Esta semana se le fue la mano. Por andar de sensacionalista, sin ningún contexto ni explicación publicó un tweet en donde decía que una supuesta fuente le “advertía” que EPM iba a ser intervenida por el Gobierno Nacional. No dio pruebas, no explicó el motivo de la inexistente intervención ni ningún detalle adicional que permitiera dar credibilidad a sus afirmaciones. La declaración no sería más que un comentario tendencioso si hubiese sido publicada por cualquier otro usuario.
Pero no fue cualquier otro usuario que lo dijo, fue el alcalde de Medellín, presidente de la Junta Directiva de EPM, desde su cuenta oficial de X. El artículo 302 del Código Penal estipula el delito de pánico económico como “El que divulgue al público o reproduzca en un medio o en un sistema de comunicación público información falsa o inexacta que pueda afectar la confianza de los clientes, usuarios, inversionistas o accionistas[…]”. Fico, olvidando que su deber como burgomaestre de Medellín es cuidar a EPM, la empresa pública más importante de Colombia, puso primero sus intereses presidenciales y publicó información sin sustento que lo único que logró fue poner en riesgo las acciones en bolsa de la empresa.
La jugadita le salió en reversa porque, a los pocos minutos, el Ministro de Minas y el Gerente General de EPM publicaron un video en el que dejaban claro el trabajo armonioso que se está desarrollando entre el Ministerio y la empresa, cada uno desde sus facultades y autonomía, para hacer frente a la emergencia por causa del nivel de los embalses. Mientras el Gerente Jhon Alberto Maya actúa de forma seria para hacerle frente a la situación, cumpliendo con la tarea de coordinar esfuerzos junto al Gobierno Nacional para que los antioqueños no tengan riesgo alguno, el Presidente de la Junta Directiva de su empresa en un claro acto de irrespeto intentó tirar a la borda su labor inventando una historia profundamente dañina para el bienestar económico de EPM.
La senadora Isabel Zuleta ya interpuso a la Fiscalía la denuncia por el posible intento de pánico económico realizado por Federico Gutiérrez, delito que puede dar hasta 12 años de cárcel y una multa de 750 salarios mínimos. El agravante del comportamiento de Fico es que no afecta únicamente a EPM, sino al mercado energético del país teniendo en cuenta el rol de la empresa en este, en un momento crítico donde lo que se necesita es cooperación y no destrucción. Fico debería seguir el ejemplo de Jhon Alberto Maya en vez de torpedear su trabajo.
Debo decir que no me sorprende este actuar del alcalde, quien con su supuesta auditoría forense demostró que no tiene problema en dar afirmaciones explosivas sin dejar claro cuál es su sustento. A la fecha, y aún cuando un juez de la República por medio del fallo de una tutela le exigió mostrar la auditoría forense, se ha negado a dar cuenta de cuáles son los supuestos hallazgos que encontraron en su ejercicio de empalme que, como afirmaron en su respuesta, no fue ninguna auditoría forense.
Tampoco me sorprende su absoluto desinterés por el patrimonio de la ciudad el cual quedó claro con la irregular venta de infraestructura de TIGO-UNE avaluada en más de $300.000 millones de pesos a una empresa aparentemente de papel. Fico, por andar de mal perdedor, está poniendo en riesgo a la empresa que tanto le da a Medellín.
