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Abogado de la Universidad Católica de Colombia, experto en litigio estratégico, postgrado en Derecho Penal de la Universidad de Buenos Aires; Administrativo y Constitucional en la Universidad del Rosario. Docente en teoría de Estado y Constitucional, estudios en política pública del Leader Ship Institute Arlington Virginia, LLM Washington Law College – American University. Se ha desempeñado como apoderado judicial del IDU, Fiscalía, entre otros. 

Guillermo Rodríguez Martínez

¡El nuevo Zar!

El reciente asesinato a manos de un tirador de alta precisión, desde los cerros orientales termino con la existencia de Pedro Aguilar, o Juan Sebastián Aguilar, mejor conocido como Pedro Pechuga, esto dejó al descubierto una sofisticada red del crimen que involucra robo y contrabando de esmeraldas, lavado de activos, poder político y militar. Empresario influyente, gracias a sus recursos fue mecenas de políticos de derecha e izquierda, como la ex alcaldesa de Bogotá Claudia López, entre otros. Hasta el movimiento de un lápiz en Boyacá lo sabía “pechuga”, sus compañías de seguridad prestan sus servicios en la región, a compañías locales, foráneas y a la alcaldía mayor de Bogotá.

Pechuga llego a tener un negocio que por arte de magia pasó de prestar no solo servicios de seguridad sino también, de frente a la Supervigilancia, se convirtió en un operador de minas de esmeralda en Coscuez, Muzo y Maripi, muchas de ellas informales e ilegales. La estrategia fue simple como contundente, frente a sus clientes y socios posaba como gestor para formalizar minas ante el gobierno, manejaba el control de explosivos y armas de la industria militar, y conciliaba problemas de orden público en la región mientras que con oscuros socios promovía por atrás la invasión y robo a las mismas. ¡Una extorsión casi perfecta a sus propios clientes! ¿Pero quién es capaz de negarle las gestiones a una persona que posee una nómina armada de más de mil hombres?

Según fuentes podría afirmarse que lo que estáocurriendo en el sector de la gema verde, correspondería a movimientos estructurales y estratégicos del más alto calado, no solo para el control territorial del occidente de Boyacá -que tiene una alta connotación en lo que podría suceder en el magdalena medio-, sino también a escala nacional y en Bogotá, no en vano en su momento, Víctor Carranza y Jamal Daniel, a quien nos referiremos más adelante, designaron en su momento a un importante funcionario de la CIA como presidente de MTC- Minería Texas Colombia, asunto que en su momento contribuiría al control, capturas y posteriores extradiciones de quienes amparados con el reconocimiento de mineros de la gema, se dedicaron a traficar estupefacientes. Y Pechuga, ahí…

Por un lado, hay fuertes indicios que logró el contrabando masivo de esmeraldas mediante el robo continuado a los clientes de Pechuga, en otro frente, la comercialización y exportación de dichas gemas utilizando probablemente a Hernando Sánchez, su socio, y finalmente, posiblemente facilitaría los cupos de lavado de activos mediante dichas esmeraldas en Dubái a cargo de Julio Lozano, el financiador de todo. Se hizo con el apoyo de empleados de sus mismos clientes, por ejemplo, fuentes indican que su alfil fue alias “el mejicano” quien aparentemente es un alto directivo de Minería Texas Colombia, quien permitió toda su estructura delincuencial pudiera operar frente a los ojos y silencio de todos.

Los hechos muestran la clara y evidente guerra por apoderarse del mercado de gemas verdes con fines probablemente ilícitos, el control estratégico de la región para abrirle paso a organizaciones criminales, sino el posible hurto continuado a un inversionista extranjero Jamal Daniel, hoy dueño de la mina de esmeraldas más grande de Colombia, para la especulación de precios de manera desbordada con presuntos propósitos de lavar activos a una organización con poder; en el entre tanto llama la atención de manera vulgar como funcionarios del gobierno Santos, entran al gobierno corporativo de la principal minera de esmeralda -Crest International-. La cual su presidente es nada más y nada menos que Esteban Santos, quien se convierte de manera clara como el nuevo zar de la esmeralda. 

Corolario:  en el libro “mi confesión” de Carlos Castaño, hay una narración de la reunión entre Víctor Carranza y juan Manuel santos, con el firme propósito de deponer al entonces presidente Samper; hablando de presidentes y zares, ¿cuál es el papel de don julio lozano y sus intereses hoy día en la gema preciada? ¿es cierto que los Santos comercializan las esmeraldas en la oficina de Julio Lozano en Bogotá? ¿será cierto que las oficinas de esmeralda más grande del país se ubican en las oficinas de Juan Manuel Santos?

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Guillermo Rodríguez Martínez
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