Una nueva oportunidad para legislar tendrán los congresistas desde este 20 de julio. Los retos no son menores, pues el gobierno presentará una serie de proyectos de ley, que sin duda ocuparán la agenda legislativa de esta recta final del año. ¿Se renovarán las mayorías?
Es una de las tareas del ministro del interior Luis Fernando Velasco, pasar de la angustia de los votos de la legislatura anterior, a la consolidación de la bancada de gobierno, que permita un trámite sin angustias de todas las iniciativas. Es el reto.
A lo anterior, se le suma otro desafío insalvable: las elecciones regionales de octubre, la atención de los senadores y representantes no estará al 100% en el legislativo, saben de sobra que, en el poder local, se basa su futura reelección dentro de tres años. Jamás descuidarán estos comicios, sería dar papaya.
Así las cosas, los nuevos presidentes de esta Corporación se verán en la obligación de organizar de forma distinta la convocatoria de comisiones y plenarias, de tal forma que no se atraviesen con la actividad proselitista en las regiones. Un equilibrio necesario.
Esta coyuntura siempre recibirá la histórica crítica mediática. Un buen ejercicio de pedagogía de la forma en que se trabajará, sumado al compromiso de entregar el tiempo necesario a debatir a profundidad los proyectos de mayor polémica, sería la combinación más deseable.
Otro dato no menor será la nueva mesa directiva, ya entregarán sus dignidades los presidentes del Pacto Histórico. Partido Verde y Liberales, ocuparán estos cargos y de la buena relación de éstos con el gobierno, dependerá el éxito del Ejecutivo en este segundo año de legislatura.
Por su puesto, existe la razonable posibilidad que la aprobación masiva de proyectos no sea el escenario que se presentará, por lo argumentado anteriormente, pero sí está la expectativa sobre aquellas iniciativas que serán más discutidas, como la reforma a la educación, pensional y laboral. Por mencionar algunas.
No ser vulnerables en el trabajo legislativo, será un compromiso de los congresistas con la gente. Ser recursivos para evitar contratiempos, es una posibilidad irrenunciable. Los parlamentos son una de las instituciones con más vigilancia de la sociedad. Esto se sabe de sobra y se debe actuar en consecuencia.
Más y mejores debates, que la opinión pública entienda bien lo que se discute y darles prioridad a las reformas urgentes, es lo que más se le reclama al Congreso. Ya veremos que pasará en este segundo año de sesiones.