Amigo lector, si a usted le ha impactado bandas sonoras de películas como La guerra de las galaxias, La lista de Schindler, Tiburón, Harry Potter, E.T, Supermán, Drácula, Indiana Jones, Parque Jurásico, tiene que conocer algo de la vida de su autor: John Williams, que hace poco cumplió 92 años.
John Williams nació el 8 de febrero de 1932 en Nueva York, su padre fue músico de orquesta, así trazó su destino y estudió piano. A este instrumento quería dedicarse, por su cabeza no pasaba la composición, pero Hollywood tenía otro guión para su vida.
Trabajaba en clubes nocturnos como pianista y de esta manera obtener algo de dinero para contribuir en el pago de sus estudios. El sacrificio desde joven valió la pena, pues construyó una personalidad para afrontar las adversidades de los primeros años en la industria.
En 1975 se consagra con Tiburón. Comenzó a erigir un imperio al lado de otros grandes como George Lucas y Stiven Spielberg, lo que ha marcado toda su carrera. Con la combinación de semejantes talentos, es complejo esquivar el éxito.
Williams es la persona más nominada al premio Oscar en toda la historia, en 52 oportunidades ha sonado su nombre y se lo ganó en cinco oportunidades. Nadie le hace sombra con semejante éxito tan aplastante.
El método de trabajo de Jonh Williams es muy particular. Solo comienza a componer la banda sonora de una película cuando la ve completa, se concentra en cada personaje. Convierte la música en una verdadera protagonista de cualquier cinta cinematográfica.
Las películas consagraron a Jonh Williams o fue al revés. Estimo que sin esas bandas sonoras tan impactantes, estas cintas no habrían tenido la misma repercusión. Se necesitaba de la magia de un virtuoso de la composición.
Jonh Williams es una marca de alta calidad y creatividad. Sus bandas sonoras no solo son emblemáticas, hacen parte de una especie de patrimonio en toda la historia del cine. Es único, por ahora nadie se asoma para sucederlo.
Es un icono de la pantalla grande, el ingenioso Jonh Williams ya escribió las partituras de su propia historia. El cine no sería lo mismo sin la existencia de este talento irrepetible.
