Este 2024 será un año de grandes desafíos, pero también de grandes definiciones en los asuntos políticos, económicos y sociales de la vida nacional.
El año inicia con grandes expectativas. Por un lado, se espera que la economía retome el rumbo y empiece a mostrar crecimiento positivo, porque en el último trimestre reportó un crecimiento negativo de -0.3, que no se veía desde hace 20 años (si se deja por fuera la pandemia dadas sus condiciones coyunturales), pero que además no puede seguir mostrándose en negativo porque inevitablemente tendríamos que hablar de recesión, que en sí mismo la palabra conlleva un estado de pesimismo nacional.
El crecimiento está relacionado con muchos factores, tanto nacionales como internacionales. A nivel internacional tenemos un escenario de tranquilidad económica. Estados Unidos está pasando el riesgo de recesión, está terminando de controlar la inflación y esto se traduce en tasas de interés más estables, que en últimas nos beneficia a países en desarrollo como Colombia porque mantiene la tasa de cambio estable.
Entre los nacionales está la carga tributaria, que hoy por hoy representa una tarifa del 35% solamente en renta, pero hay otros que afectan el precio como el IVA, el impoconsumo y los impuestos saludables; los costos asociados a los trabajadores; los precios de los insumos o materia prima, que se afectan si la tasa de cambio fluctúa o si se llega a situaciones de escasez.
Bajo este panorama el principal responsable de lograr crecimiento positivo de la economía es el gobierno nacional, porque en sus manos está la definición de políticas que promuevan el crecimiento empresarial, sobre todo de los más pequeños. Hasta el momento tenemos solamente anuncios, pero que requieren de una mirada a profundidad, como la reducción de la tarifa de renta para las empresas. Si bien esta es una propuesta interesante y nos pondría a competir con otros países de América Latina e incluso de la OCDE, hay que revisar que el remedio no nos salga peor que la enfermedad.
El reto no solo está en lo tributario, en la Comisión VII se retomará el debate sobre la reforma laboral, que sin lugar a duda afectará a las empresas y, por tanto, el crecimiento económico. Por eso, es fundamental que su estudio sea minucioso y entendiendo que puede ser un daño a los puestos de trabajo que hoy existen. Ya lo he dicho antes y lo repito “el mejor subsidio y la mejor ayuda es el empleo” y por eso se necesitan políticas que permitan incrementar el número de empleos formales. Se requiere de medidas de control eficientes que faciliten la implementación de las políticas públicas, pero sobre todo en tiempos como el actual, requiere que como país entendamos que estamos atravesando por una situación compleja para la economía.
Finalmente, tenemos de frente el mayor de todos los retos: la paz total. Frente a este tema es muy importante que mantengamos la fortaleza de nuestras instituciones, que recuperemos la seguridad en nuestro territorio, porque indiscutiblemente esto puede afectar el Estado de bienestar de nuestro país y también el crecimiento económico. Es inaudito que en el último mes veamos no solo extorsiones, sino que también acciones contra comerciantes en las carreteras del país y el daño a las empresas en el sur del Colombia.
Necesitamos superar el discurso y pasar a la ejecución de las políticas que nos permitan superar las graves desigualdades para ir cerrando brechas y avanzar en la construcción de una Colombia con más y mejores oportunidades.