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Joven ibaguereño, ganador del modelo congreso estudiantil de Colombia 2020, ganador del concurso de oratoria y argumentación politica "Jorge Eliecer Gaitán" 2022, estudiante de derecho y un protector de la educación.

Juan Pablo Manjarres

¡Despertar de Pesadilla! ¿Dónde Están Nuestros Niños en la Guerra del Gobierno y los Grupos Armados?

En Colombia, la pesadilla del reclutamiento de menores por parte de grupos
armados no solo persiste, sino que parece intensificarse con cada año que pasa. En 2024, más de 159 niños y adolescentes han sido arrastrados a un mundo de violencia y terror, una cifra que revela una crisis de proporciones inaceptables. Este fenómeno, que debería despertar la conciencia de todos, se manifiesta con particular gravedad en regiones como Cauca y Tolima.

En el primer semestre del año, el Cauca se ha convertido en el epicentro de esta tragedia. Con 125 casos reportados, esta región lidera las estadísticas de reclutamiento infantil en Colombia. Es alarmante que el 79% de estos menores sean indígenas y que el 63% hayan sido forzados a unirse a grupos armados contra su voluntad. Estos jóvenes, que deberían estar construyendo sus sueños, son obligados a portar armas y vivir en un conflicto que no eligieron.

La situación en Tolima no es menos preocupante. Según la Defensoría del Pueblo, nueve menores han sido reclutados este año en nuestro departamento. Aunque cinco de ellos fueron rescatados, los otros cuatro se entregaron voluntariamente, reflejando una desesperanza abrumadora.¿Cómo hemos llegado a este punto? La respuesta, desafortunadamente, está en la inacción y la falta de respuesta efectiva por parte de las autoridades.

Lo que se necesita ahora es mano dura. Es inaceptable que en un país que se dice en paz, los niños sigan siendo víctimas de esta barbarie. El gobierno de Petro debe tomar medidas más drásticas, no solo endureciendo las penas, sino también asegurándose de que los responsables sean llevados ante la justicia y que no haya lugar para la impunidad.

Es hora de que Petro demuestre que su compromiso con la paz es real, no solo una bandera política. Los niños de Colombia merecen algo mejor que promesas vacías y políticas que no protegen sus vidas. Necesitan un gobierno que los defienda, que actúe con firmeza y que ponga fin a esta tragedia de una vez por todas.

En respuesta a esta crisis, el Congreso de la República ha presentado el proyecto de ley 'Por la niñez y la adolescencia'. Este proyecto, respaldado por más de 120 parlamentarios, propone aumentar las penas de prisión para quienes reclutan menores hasta 50 años y hacer que estos crímenes sean imprescriptibles. Esta medida es un avance importante y necesario para asegurar que los responsables enfrenten la justicia, pero no es suficiente por sí sola.

Para abordar de manera integral esta tragedia, necesitamos más que un
endurecimiento de las penas. Debemos enfocar nuestros esfuerzos en prevenir el reclutamiento desde sus raíces. Esto implica:

1. Fortalecer la educación y crear oportunidades económicas: Ofrecer alternativas reales a los jóvenes en riesgo es crucial. Esto incluye mejorar el acceso a la educación, ofrecer capacitación laboral y fomentar el desarrollo económico en las regiones más vulnerables.
2. Aumentar la presencia del estado en las regiones afectadas: es esencial que los programas de seguridad y apoyo lleguen efectivamente a las comunidades más necesitadas, con una presencia estatal que pueda competir con la influencia de los grupos armados.
3. Implementar programas de prevención y sensibilización: las comunidades
deben estar informadas para identificar señales de riesgo y actuar antes de que sea demasiado tarde. La prevención es clave para proteger a los jóvenes de caer en las redes de los grupos ilegales.
4. Garantizar justicia efectiva y rápida: los crímenes de reclutamiento infantil deben ser investigados y sancionados de manera contundente. La impunidad no puede seguir siendo la norma; necesitamos que la justicia sea rápida y efectiva.

En resumen, Colombia está en una encrucijada crítica. Podemos seguir con
promesas vacías y acciones insuficientes, o podemos tomar decisiones firmes y necesarias para proteger a nuestros niños. La "Paz Total" debe traducirse en medidas concretas que realmente garanticen la seguridad y el futuro de los más vulnerables. Los niños no deben ser las víctimas de una guerra que no eligieron; deben ser el símbolo de nuestra esperanza y nuestro compromiso con un futuro mejor. Es hora de exigir un cambio real y urgente. ¡Protejamos a nuestros niños y asegurémonos de que cada uno tenga la oportunidad de crecer en un entorno libre de violencia y lleno de oportunidades!

Bonita semana y que la guerra ojalá no toque nuestras puertas. Dios les bendiga.

Creado Por
Juan Pablo Manjarres
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