Únicamente en nuestro país las reinas de belleza quedan coronadas para toda la vida. Más aún si lucieron el cetro de Miss Universo. Es un decir, en Colombia tenemos tres: la fallecida Luz Marina Zuluaga, la actual presentadora de “A otro nivel” Paulina Vega y la de cinco minutos, eso si bien aprovechados, Ariadna Gutiérrez, hoy triunfadora en el mundo hollywodense norteamericano.
El título les trae muchos privilegios, amén de premios, invitaciones y dinero. Pero sobre todo recibir tratamiento de estrellas así sea estrelladas por siempre. El caso más gráfico lo viven actualmente los admiradores de la barranquillera, Paulina Vega que desean acercársele cuando tienen la oportunidad en las grabaciones del reality a solicitar una foto o un simple autógrafo. Pareciera este sencillo gesto una herejía. Especialmente para una de las chaperonas o mejor ejecutiva, contratada especialmente como espanta fans de la barranquillera. Ni que padecieran de enfermedad contagiosa alguna para recibir el trato desobligante de parte de ésta productora quien lanza en ristre y con actitud agresiva y palabras altisonantes inmediatamente los aparta bruscamente diciéndole: “No la toque” o, “no se le acerque”.
Ni que fueran las más famosas o reconocidas. Y estuvieran perdiendo dinero por unos segundos dedicados a quienes les dan la sintonía. Seguidor del reality desairado, televidente que se va de la sintonía. ¡No lo duden!
Esta actitud me hace recordar las peores épocas del Reinado Nacional de la Belleza Colombiana, cuando los comunicadores recibíamos un trato similar, como de leprosos. Nadie nos quería ni nos recibía con una sonrisa o gesto amable en sus rostros. Eramos trabajadores de tercera. Obstáculo en todo lado. La rogadera para obtener unos minutos con las bellas se tornaba tediosa, aburridora. La verdad era toda una peripecia lograr unas palabras de alguna de las participantes a través de un huequito o una ventana. Mejor ni recordar esas épocas.
Por eso, da grima ver el comportamiento actual de algunas de esas acompañantes de exreinas venidas a menos, la actitud positiva brilla por su ausencia. Con aires de dictadoras, dónde la palabra amable, el buen gesto, el diálogo, la actitud positiva brilla por su ausencia con el público y los medios de comunicación. Han regresado esas viejas mañas a los realities.
Las protagonistas tampoco se quedan atrás. Se comen el cuento de la fama comportándose como las que más. Lamentable ver a las niñas moldeadas como con plastilina, doblegándose ante las órdenes de éstas modernas brujas maltratadoras del público. Ellas mismas se van convirtiendo en lo mismo. Brujas bonitas y jóvenes pero Cruelas como la de la película.
A las unas y a las otras les queremos enfatizar que la belleza física pasa y queda solo el talento reconocido por el público que las ve, las sigue y da el veredicto de si se quedan o se van.
Mucho agua ha corrido por debajo del puente de los reinados de belleza en el país. Varias hermosas han lucido la corona y el cetro y hoy son parte del olvido. Si desean trascender tienen que trabajar y demostrarlo, porque el título de soberanas pasa al cuarto de San Alejo. En el caso de Paulina Vega, le queda mucho trabajo por hacer porque pronto entrará a competir con otras más lindas, jóvenes y de moda. Por eso debería imponerse sobre su caprichosa “chaperona” si es que la podemos llamar así, y exigirle cambiar de actitud cuando se encuentre con sus seguidores. Y más aún si son amigos personales o muy cercanos a ella.
Porque hasta el momento el público de “A otro nivel” la tiene en un concepto seguramente errado: el de antipática, clasista, caprichosa, difícil y complicada.
Como su carrera apenas comienza , debe andar con pasos de pies de plomo, porque ya NO ES MISS UNIVERSO.
¡Ya no es Miss Universo!
Jue, 26/05/2016 - 16:55
Únicamente en nuestro país las reinas de belleza quedan coronadas para toda la vida. Más aún si lucieron el cetro de Miss Universo. Es un decir, en Colombia tenemos tres: la fallecida Luz Mari