Lina, una profesora que vive en Ciudad Bolívar, me envió un mensaje de texto a las 5:30 a.m. anunciándome una grave crisis en el barrio; no había servicio de buses alimentadores para llegar al Portal de Transmilenio en el Tunal. Lina no solo tuvo que caminar por más de una hora para luego tomar la ruta troncal, sino que llegó tarde a su trabajo. Ese mismo drama lo vivieron más de 160 mil personas de esta localidad en el sur de Bogotá.
Debido a que uno de los operadores del SITP no presentó las pólizas de cumplimiento, Transmilenio no le permitió operar 25 de las rutas alimentadoras en Ciudad Bolívar, lo cual generó un caos en el transporte público de la ciudad. Este no es un hecho aislado sino que refleja la crisis de todo el sistema y prende una alerta máxima, pues si no se resuelve la crisis financiera y operativa de los siete operadores actuales del SITP, es probable que volvamos a vivir está falla en el transporte público, pero no solo en Ciudad Bolívar sino en toda la ciudad.
El SITP fue diseñado en la administración de Samuel Moreno para acabar con la guerra del centavo y el desorden de un sistema de transporte público atomizado, sin calidad, sin seguridad y sin control pero sin embargo para los ciudadanos funcionaba.
Desde el mismo proceso de licitación de las cinco zonas del SITP comenzaron a presentase problemas que no auguraban un buen futuro. Hay indicios y de hecho ya investigaciones de las Fiscalía en curso por el proceso de asignación de los operadores. El plan inicial pretendía chatarrizar y reconvertir a los más de 11 mil buses antiguos que circulaban por la ciudad , la realidad es que dos de las empresas ganadoras; Egobus y Coobus, ni siquieran pudieron entrar en operación.
Todos los otros siete operadores que ganaron la licitación hicieron proyecciones con una demanda de pasajeros, que nunca se cumplió, por lo tanto, se afectó su situación financiera. El sistema estaba planeado para estar completamente implementado en dos años pero ya van siete y no se ha terminado. Otras medidas como el pico y placa todo el día y el incremento de congestión de las vías también han afectado las proyecciones iniciales.
Otro de los graves problemas ha sido el déficit generado por una política tarifaria y de subsidios totalmente irresponsable del Ex-Alcalde Petro. En su mandato no se incrementaron las tarifas del SITP. A ello se sumaron los subsidios a raja tabla y sin control que se hicieron a todos los ciudadanos en la hora valle, lo que llevó al déficit del sistema por más de $700 mil millones de pesos durante el año 2016.
Hoy la ciudad tiene un sistema de transporte público en sus buses azules que está en crisis financiera y operativa.
Para el Alcalde Peñalosa, el reto del SITP es inmenso porque prometió que la ciudad tendría el mejor sistema de transporte público de Latinoamérica, sin embargo, él y su equipo no creen en el esquema del SITP. Por otra parte, los ciudadanos sufren la crisis del sistema a diario y exigen soluciones de fondo.
Son varias e importantes las medidas adoptadas. La primera y más impopular subir las tarifas de Transmilenio e SITP para reducir el déficit y hacer viable la operación y revisar el esquema de subsidios para tener mayor control. El Concejo de Bogotá le aprobó recursos para poder negociar con los transportadores pequeños y permitir reactivar el sistema. También se han ejecutado diferentes acciones para mejorar la operación, las rutas, los tiempos de espera, los paraderos y el servicio al ciudadano.
En la coyuntura actual, lo de fondo es la visión sobre el futuro de transporte público en la ciudad, donde ya se proyecta un sistema multimodal con Metro, Troncales de Transmilenio y Metro Cable pero donde no es muy claro, el rol del esquema zonal de los buses azules del SITP. Allí radica el problema, pues los contratos fueron firmados a 25 años. El SITP no funciona bien, pero tampoco permite en medio de la crisis proyectar y construir el sistema que visiona el Alcalde. De todas formas, han pasado dos años y es necesario tomar decisiones estructurales ya.
Tal vez lo más importante y urgente es renegociar los contratos para adaptarlos a una nueva realidad financiera pero especialmente, a un esquema operativo que sea más compatible con las nuevas troncales de Transmilenio y el Metro que se van a construir, pues de esta forma no se necesitarían tantos buses con trayectos largos sino más bien alimentadores.
Es prioritario y urgente acabar con el esquema de los buses del SITP provisional e incorporarlos al sistema actual de buses azules, de modo que los recursos recaudados por tarifa de más de un millón de viajes en esos 4500 buses, sean recaudados centralmente y se disminuya el déficit para permitir las mejoras operativas y de cobertura en el servicio.
Es en estos momentos donde se está poniendo a prueba el talante gerencial del equipo de movilidad de la administración. Se requiere imaginación e innovación pero sobre todo, sentido de urgencia, para resolver la crisis y también construir el sistema del futuro.
El Distrito debe estar en alerta máxima respecto al SITP. No quisiéramos ver otra vez una ciudad colapsada porque no se tomaron decisiones y nuevamente los ciudadanos los más afectados, en especial los que a diario dependen de un viaje en bus o Transmilenio para ir a ganarse la vida. Hay que abordar el problema con determinación y estar preparados con todos los planes de contingencia posibles.
https://youtu.be/vNZDgnw6rGg
SITP en Alerta Máxima
Mar, 17/10/2017 - 01:32
Lina, una profesora que vive en Ciudad Bolívar, me envió un mensaje de texto a las 5:30 a.m. anunciándome una grave crisis en el barrio; no había servicio de buses alimentadores para llegar al Por