Las dentelladas por la candidatura presidencial de 2018 hirieron la mesura del Centro Democrático y provocaron una grave crisis, que desterró el racionalismo y mucho más a la racionalidad.
Se frotan las manos los candidatos de Santos y las Farc.
De esa presidencia depende que Colombia sea una Cubazuela, o que se zafe del terrorismo con su abominable JEP y de su policía secreta con facultad para torturar sospechosos enemigos de la paz.
Duro decirlo, pero en el CD imperan intereses clientelistas y de bolsillo, que con hipocresía supina tiran la piedra y esconden la mano. El presidente Uribe está alarmado y llamó a la cordura, pero no es fácil controlar el desborde de los odios, porque abunda el yo no fui, y el a mí que me esculquen, que socaba al partido y resta posibilidades a la unidad, indispensable para ganar en la primera vuelta.
Lo peor es que el actuar inmoral se entronizó en personas investidas con el privilegio del liderazgo y a quienes, por ética, debemos denunciar, porque impulsados por sus enormes egos, están arruinando las posibilidades de quienes están mejor preparados para sucederles y son blanco de sus ataques mezquinos.
Hagamos una retrospección para comprender lo que pasa. Los precandidatos eran tres: Carlos Holmes Trujillo, por sus méritos; Iván Duque, por propuesta del mismo Uribe y Oscar Iván Zuluaga postulado por los veteranos que introdujeron a Juan Manuel Santos a la U y que son reconocidos por su numerosa clientela. De ese grupo hacen parte Fabio Valencia, Daniel García y Luis Guillermo Giraldo entre otros, quienes quedaron huérfanos de poder con la inhabilidad de Óscar Iván y se dedicaron a cerrar el paso a Duque, anti clientela y anti corrupción. Primero postularon a Paloma Valencia y a María del Rosario Guerra, quienes no cuajaron y entonces lanzaron a Rafael Nieto Loaiza, a quien intentan inflar a toda costa.
Llovieron entonces palos y centellas contra Duque, calumnias y mentiras orquestadas y hasta patrocinadas subrepticiamente por directivos del Centro Democrático, que abrieron heridas, ojalá subsanables para que no dificulten el objetivo final.
Iván Duque tiene la juventud y la preparación que se requiere para ser el presidente de Colombia; quienes vivimos el fenómeno de Uribe en el 2002, sabemos que es el único con el potencial para repetir el episodio, tratar de detenerlo a punta de mentiras es una canallada con el país.
Si no hay unión nos queman vivos en la inquisición de la JEP.
Coletilla: Antier se aprobó un artículo de la JEP que todos pasaron por alto, el transitorio 12 del Acto Legislativo 01 de 2017, que entrega a magistrados y fiscales de la JEP “las siguientes reglas especiales: por el solo efecto de la práctica de pruebas, podrán limitar derechos fundamentales”.
Ese artículo significa, ni más ni menos, que si parecemos sospechosos de ser enemigos de la paz, la JEP puede disponer a su arbitrio, de nuestra integridad física, vida y honra.
La misma facultad que tenían los inquisidores contra las brujas del Medioevo.
Requiescat in pace al raciocinio en el CD
Vie, 13/10/2017 - 05:12
Las dentelladas por la candidatura presidencial de 2018 hirieron la mesura del Centro Democrático y provocaron una grave crisis, que desterró el racionalismo y mucho más a la racionalidad.
Se fr
Se fr