Probablemente el presidente Iván Duque se encuentra en una encrucijada de las más atípicas para generar gobernabilidad y poder sacar adelante los proyectos de ley que le interesan al gobierno. Los partidos políticos prácticamente no existen y las bancadas son tan endebles que hoy no pueden ejercer una postura fuerte a favor del Gobierno ni hacer una resistencia poderosa. El partido Conservador está pegado con babas. El partido liberal fracturado y el partido e la U a punto de estallar. Cambio Radical en serias indefiniciones y, por el lado de la oposición, un Partido Verde hecho a trancazos y con liderazgos parroquiales, y la Colombia Humana sin gente y sin personería.
La fractura del Partido Liberal, que se hizo evidente cuando el expresidente Cesar Gaviria decidió apoyar a Duque para la segunda vuelta presidencial, se ve inminente ahora que la posición adoptada como independiente frente al gobierno ha provocado la salida de un importante grupo de dirigentes liberales que oficializarán su renuncia ante su presidente Gaviria.nEntre el grupo de destacados líderes están Alejandro Gaviria, Juan Fernando Cristo, Guillermo Rivera, Luis Ernesto Gomez y Daniel Quintero. Esta cruda realidad entre Gaviria y los liberales ha hecho que el grupo de exministros y exviceministros haya decidido renunciar ante el presidente del partido Liberal.
La decisión del expresidente de declararse independiente ha sido criticada seriamente por algunos dirigentes liberales que no entienden cómo el partido, que había apoyado el acuerdo de paz, el plebiscito y la reelección de Juan Manuel Santos, esté ahora del lado de su principales opositores. Para muchos estas posiciones partidistas deberían haber llevado al partido a declararse en oposición y no como independiente. Ahora, para los disidentes el objetivo es tratar de buscar una salida que permita recuperar las bases del trapo rojo, de lo que significa para ellos la ideología liberal, es decir trabajar por una sociedad más incluyente y más equitativa.
Pero por el lado de La U no escampa. El otrora poderoso partido que en 2014 obtuvo cerca del 15 por ciento del Senado y del 20 en la Cámara ha protagonizado su propio rompimiento. Lo que comenzó ocho años atrás cuando un grupo de uribistas montó esta maquinaria electoral para reelegir a Uribe, sin ningún acuerdo ideológico o político terminó como un salpicón de electores del Partido Conservador, Cambio Radical, Colombia Democrática, Convergencia Ciudadana y Alas Equipo Colombia y apoyando a Juan Manuel Santos. Pero el que se haya declarado partido de gobierno dejó tendidos a dos de sus principales electores, Armando Benedetti y Roy Barreras.
Es decir que 16 de los 41 congresistas de la U han decidido irse con su música para otra parte. Allí el tema es claramente burocrático y la apuesta de estos dirigentes es la de conquistar un escenario que se parezca a la mermelada santista. La U se la ha jugado casi a ciegas mientras que el presidente Gaviria dio un paso adelante y dos atrás. Al pasarse al bando de los independientes lo que muestra es que quiere jugar a perder un poco para ganar después. Él confía en que tarde o temprano su radio será un Philips y que la mermelada entre más distancia se tenga, más cara se cobra. Él, como experto manzanillo, se la jugó por un poquito de lejos.
El hecho es que se terminará tanto por el lado de los liberales que motivan su renuncia en las tesis según las cuales el Centro Democrático, el partido del presidente Duque, no tiene una política compatible con sus doctrinas en materia de reparación de víctimas, política agraria y defensa de los derechos humanos, como por el lado de la U que no tiene mucho reparo por hacer filosóficamente pero si mucho por cuidar burocráticamente. Las frases espectaculares como la de Gaviria de apoyar a Duque como presidente porque tenía raíces liberales o porque no lo veía en plan de hacer trizas el acuerdo de paz, serán los titulares de los próximos meses.
Pero nadie se imagina que Juan Fernando Cristo, Roy Barreras y Armando Benedetti van a hacer una oposición durante los cuatro años al presidente Duque. La política es dinámica y la mermelada o lo que busquen parecido cobrará su protagonismo y por ahora entre más lejos, más posibilidades de negociar duro. Pero además, todo el mundo empieza a calibrar fuerzas de cara a las elecciones de alcaldes y gobernadores, esto es para lo que sirve estar como independiente o como oposición. Por eso Germán Vargas Lleras, que sabe como se mueve la política regional, fue el primero en decir que se va por la independencia. Esa es la dinámica que se vera en el 2019.
Razón por la que Gaviria le siguió los pasos. Por eso cuando todo el mundo anunciaba que se iría con el gobierno y se vieron los vientos de disidencia, el jefe del Partido Liberal sorprendió y se declaró independiente. Desde allí no se está tan lejos pero se puede manejar un discurso que alborote aún algo del trapo rojo a nivel regional. El liberalismo se declaró independiente y la respuesta del ex presidente Gaviria, cuando le preguntaron por qué no se había declarado como partido de gobierno, este se limitó a decir: "Es difícil hacer parte de una coalición de gobierno a la que a uno no lo han invitado”, con lo cual refleja que el acuerdo para apoyar al gobierno aún no se concretado.
Por ahora las fuerzas del gobierno se deberán concentrar en la Cámara donde todo indica que entre independientes y oposición se ha logrado una mayoría. Es allí donde comenzarán a discutirse los proyectos del gobierno en el Congreso y donde los votos independientes y de oposición, que superan a los de la coalición de gobierno tendrán la oportunidad de hacer su primer pulso, con lo cual se dinamizará la política y se perderán las filosofías. Ya se hacen las cuentas tanto en plenaria como en comisiones y Duque arranca con menos de un 50%. Es decir que la guerra de titanes cuando comiencen a actuar Vargas Lleras y Gaviria estará para alquilar balcón.
Los no alineados de Duque
Mar, 18/09/2018 - 10:43
Probablemente el presidente Iván Duque se encuentra en una encrucijada de las más atípicas para generar gobernabilidad y poder sacar adelante los proyectos de ley que le interesan al gobierno. Los