De nuevo propicié en la Comisión Primera del Senado de la República un debate sobre el estado de la salud en Colombia, con la asistencia del señor Superintendente Nacional de Salud. Como lo dije en mi intervención, fue la “repetición de la repetidera”, dado que hace varios años, a pesar de tantos compromisos, la precaria situación del sistema no mejora. Al contrario, se deteriora mes a mes.
Continúa la mala atención de los pacientes porque a los hospitales públicos y clínicas no les pagan los servicios prestados. Las “famosas” Empresas Prestadoras de Salud, EPS, no cumplen sus compromisos económicos. Es decir, no cancelan lo que deben a hospitales y clínicas, por lo que no se puede pagar a los médicos ni a los trabajadores y empleados del sector, ni a los que invierten sus capitales y se endeudan para atender los pacientes. Siguen las citas demoradas, las consultas especializadas son imposibles, llega el cierre de servicios, continúa el procedimiento de la tutela para medio alcanzar medicamentos y procedimientos quirúrgicos y sigue la cultura del acetaminofén.
Por culpa de las EPS renuentes y de la perversa conducta de la mala paga, los pacientes padecen las consecuencias. Sufren incurables enfermedades, se acumulan sus dolencias y se mueren por culpa del desgreño y la desatención. Los empleados del sector público, los profesionales, los paramédicos, son maltratados por muchas de las cooperativas y sindicatos para los que tienen que laborar, no hay para ellos trabajo digno ni prestaciones apropiadas, y las cosas siguen sin remedio, “manga por hombro”.
Las EPS siguen disfrutando, porque el Estado agota su presupuesto pagándoles lo que corresponde. Nadie vigila, nadie controla, ningún llamado de atención, ninguna sanción,ninguna corrección a las malas prácticas y a los abusos. Lo del giro directo se volvió una burla, el sistema de rechazos y glosas es una excusa para no pagar, nunca se hizo nada por la llamada integración vertical. Como el sistema atribuyó arbitrariamente unas obligaciones a las Entidades Territoriales, que no tienen recursos para cumplirlas, siguen las deudas, los atrasos y el caos. Los enfermos, “en la olla”. Como no hay prevención ni promoción, hay más enfermos, más crisis, más muertos.
El gobierno no ha tenido éxito en la solución de tamaño mal. Reconoció crisis financiera, pero es de todo el sector. Sigue sin responder por las deudas de Caprecom, que son del Estado, parece que encubriera las de Saludcoop que también son propias porque intervino y liquidó con pésimos resultados, quebró a Cafesalud y no se sabe a ciencia cierta que va a pasar con sus pacientes y con sus obligaciones. Para donde va “medimás”. “Ni´an se sabe”.
Escuché con atención las explicaciones del señor Superintendente y no me convencieron. El tema no es solo decir, sino hacer y producir resultados. Vamos de mal en peor y la verdadera solución es aceptar que la ley 100 y sus reformas, fracasaron. Se requiere una cirugía a fondo o vendrá la crisis total. ¿Se atreverá el país? ¡Es urgente!
La salud, en cuidados intensivos
Lun, 28/08/2017 - 01:30
De nuevo propicié en la Comisión Primera del Senado de la República un debate sobre el estado de la salud en Colombia, con la asistencia del señor Superintendente Nacional de Salud. Como lo dije e