Parece que en Colombia estuviéramos viviendo una obra de teatro en donde lo que se ve en el escenario mediático es una realidad diferente a la que se siente en las calles y en el campo de Colombia. Mientras presenciamos titulares de prensa positivos y esperanzadores sobre las negociaciones de paz en La Habana, luego nos encontramos en la realidad que la violencia continúa y las actividades criminales de quienes negocian con el gobierno en la isla de Castro, no cesan.
Una de las más recientes noticias es el apoyo del Presidente Barack Obama a las negociaciones de paz. Hecho presentado con bombos y platillos como un éxito del Presidente de la República, éxito cuestionable, que en nada alivia el temor de los colombianos que padecen la violencia, el hecho de que un presidente más apoye un proceso que en apariencia es loable pero que no da resultados.
No está de más el respaldo del presidente norteamericano, por supuesto que no, pero lo que sí sobra es el esfuerzo descomunal que el Presidente Santos hace por obtener apoyos políticos internacionales, cuando debería enfocar estas fuerzas en que las negociaciones de La Habana den resultados concretos.
Si se piensa con detenimiento, los grandes ganadores del apoyo de Obama y demás celebridades internacionales que se han sumado a la lista de amigos del proceso de paz de Colombia, son las FARC, quienes con estos notables respaldos, van blanqueando su nombre ante la comunidad internacional.
Uno de los grandes logros del gobierno del Presidente Pastrana fue lo que comúnmente se conoce como “la internacionalización del conflicto” que, a renglón seguido se tradujo en la inclusión de las guerrillas colombianas como organizaciones terroristas. Tarea que continuó el Presidente Uribe con esfuerzo y en donde se avanzó sustancialmente en lograr un rechazo internacional frente a la otrora organización política que hacía lobby en las entrañas de Europa.
Con buena voluntad o inexplicable ingenuidad, el gobierno del Presidente Santos ha echado por la borda lo que se había logrado en esta materia, pues lo que vemos no es una negociación en donde se hable de entregar las armas y someterse a la justicia, sino un convenio de tipo político donde se discute sobre todo tipo de temas como si se tratara de un congreso alterno.
En un solo noticiero podemos ver la parte digamos fantasiosa en donde se presentan apoyos nacionales e internacionales a las negociaciones de paz, seguidas de noticias que presentan la realidad de lo que sigue ocurriendo en el país.
Así, en el mismo diario en donde se expone en primera página la foto del Presidente Santos con Obama, encontramos más adelante notas menos vistosas que hablan sobre el aumento del secuestro en un 75% en los primeros seis meses de 2013 respecto al año anterior (Centro de Seguridad y Democracia, Universidad Sergio Arboleda) y cifras escalofriantes, como la presentada por el Ejército Nacional quien comunica que las FARC siguen teniendo alrededor de 2.000 menores de edad en sus filas.
La fantasía de titulares en donde presidentes, figuras deportivas y culturales apoyan una negociación infructuosa, no aportan realmente al afán de paz de los colombianos quienes más que titulares de prensa y buenas fotos en los noticieros queremos paz con hechos y con justicia.
@FedericoHoyos
La fantasía de la paz
Jue, 05/12/2013 - 14:54
Parece que en Colombia estuviéramos viviendo una obra de teatro en donde lo que se ve en el escenario mediático es una realidad diferente a la que se siente en las calles y en el campo de Colombia.