Patricia –abogada, 25 años- hija del concejal de Bogotá Germán Augusto García Zacipa, denunció por intento de homicidio a su primo, César García Vargas, recién elegido concejal, por haber lanzado su vehículo contra ella y otros amigos, cuando atravesaban la calle, en cercanías del edificio de la corporación.
En ocasiones anteriores, la joven y su hermano, también su padre, habían sido objeto de empujones y ofensas verbales por parte de los hijos de Alfonso, el dueño de la clínica Partenón, en la localidad de Engativá.
Los policías que protegen a uno y otro concejal andan más preocupados por los golpes o eventuales ataques que provienen de la familia, que de otras agresiones “externas”. Tienen la instrucción de evitar el acercamiento físico de los concejales García, que fácilmente puede terminar en riña.
Atrás quedaron los tiempos en que los hermanos García Zacipa trabajaban unidos por la curul de Germán y el crecimiento de la clínica, dos proyectos que se consolidaron. El primero con cinco períodos en el Cabildo Distrital y el segundo con la robustez física y económica del más importante centro hospitalario del sector.
Aunque el tema no se discute en público, personas cercanas al concejal Germán García hablan de sus esfuerzos y tráfico de influencias para posicionar la clínica en el lugar privilegiado de hoy: 90 camas, 62 habitaciones y contratos con Cafesalud, Compensar, Cruz Blanca, Famisanar, Sura, Saludcoop, Seguros Bolívar, Seguros Equidad, Liberty, Mafre, Seguros del Estado y Positiva.
El concejal García Zacipa es sicólogo. Dice tener alma revolucionaria pero en paz. Y se mantiene callado ante casi todo, por considerar que “por el pico muere el grande y el chico”.
En su alma indígena (que se nota únicamente en su segundo apellido) existe la convicción desalentadora de que “más se saca lamiendo que mordiendo”. Y que “pasar de largo te conviene, en lo que no te va ni te viene”. En ese orden de ideas, no es hombre de grandes debates en el Concejo, aunque se ufana de haber creado el Estatuto Distrital de Salud Mental y el Sistema de Recepción de Documentos Extraviados.
Germán dice que primero le robaron algunas propiedades y con la muerte (hace un par de meses de su padre) la herencia completa. César (35 años, administrador de empresas) considera que la relación con su tío no es grata y le ha pedido a los periodistas que no lo relacionen con él.
El rompimiento comenzó hace ocho años pero ha venido degenerando en una rivalidad a todos los niveles. Alfonso lanzó a su hijo como edil para competirle a su hermano y en las últimas elecciones financió la campaña de César, con aval de Cambio Radical y una inversión superior a los mil millones de pesos.
Julio, el tercero de los hermanos García Zacipa “ni quita ni pone”, según familiares. Anda preocupado por su puesto en la Clínica y el sueldo que devenga.
En el sepelio de don Orlando, el padre del clan, hubo codazos y empellones, que controlaron los policías. Hoy la pugna se tramita en los estrados judiciales, pero las agresiones personales no paran.
El día que César García, el nuevo concejal, le lanzó el carro a su prima, también asomó la cara por la ventana y le gritó (según ella): “Perra, la quiero ver muerta”.