Aunque suene un tanto infame con el momento que padece el Vicepresidente de la República, debo decir que a mi modo de ver, el problema no es el cargo, ni la claridad en sus funciones, sino más bien quien lo ocupa en estos momentos, Angelino Garzón.
Para nadie es un secreto que durante toda su vida pública Angelino Garzón se ha dedicado a promover sus ideas, más que a cargarle los ladrillos a otro; y es justamente por esta razón que jamás le creí a la fórmula Santos–Garzón cuando promovían su campaña por la presidencia de la República.
Hoy los hechos me dan la razón. Angelino no ha cambiado, sigue siendo el mismo personaje que aprovecha cualquier momento para armar camorra con declaraciones que hacen ver que tiene muy pocas ganas de seguir y acatar la directriz de su jefe natural, el presidente Juan Manuel Santos.
De nada entonces va a servir que se elimine el cargo de Vicepresidente de la República argumentando que es una figura que no tiene funciones claras y que solo genera gastos, si el problema de tener a alguien generando ruidos lo vamos a tener hasta el 2014, cuando termina el mandato de Juan Manuel Santos.
Por el momento la única solución que existe es ponerle oficio a quien no lo tiene, luego de que termine su recuperación que va viento en popa, a juzgar por sus últimas declaraciones hechas a través de cartas y por su pasada y “casual” exposición en los medios de comunicación mientras agradecía a Dios por su pronto alivio.
Y digo que es la única salida a las imprudentes frases de Angelino, porque nada peor para el primer mandatario, que alguien dispare una especie de fuego amigo, en momentos en que necesita convencer a los colombianos sobre la afectividad de sus políticas.
Cierto es que nunca antes se había presentado el caso de que un vicepresidente de la República, haga oposición al gobierno para el cual fue elegido en el cargo. Si revisamos la historia encontraremos que la única disputa parecida fue la de Humberto de la Calle Lombana con Ernesto Samper. Sin embargo, cabe recordar que de la Calle renunció al cargo al estallar el proceso 8.000. Durante el gobierno de Andrés Pastrana el segundo a bordo fue Gustavo Bell, quien prefirió el bajo perfil y solo salió a la luz pública cuando fue nombrado Ministro de Defensa. Y Francisco Santos, aunque hacía declaraciones públicas, estas siempre iban en dirección con las de su jefe Álvaro Uribe Vélez.
Pero Angelino en su afán de no dejarse opacar por la poca claridad de sus funciones, ha aprovechado las ocasiones en que ha tenido las cámaras y micrófonos en frente para opinar, muchas veces en contravía de Juan Manuel Santos, atreviéndose a llamarles la atención a ministros y asesores de Palacio, olvidándose que esa atribución es exclusiva del primer mandatario.
Comparto la opinión del presidente del Senado Roy Barreras, cuando dice que la figura del vicepresidente de la República, por elección popular o por designación, seguirá siendo inservible mientras no tenga claridad en el organigrama del Gobierno como sucede en la actualidad. Porque creo que lo que realmente incomoda tanto a los miembros de la Unidad Nacional en el Congreso como al mismo gabinete, es Angelino Garzón.
Será por esto que desean evitar a toda costa que se presente como fórmula de Santos para una eventual reelección y presentan un proyecto de ley para acabar con esta figura en la Constitución, y dudo mucho que Álvaro Uribe lo quiera dentro de sus toldas, porque ha de saber más que nadie que este jamás seguirá sus instrucciones, por muy agradecido que le esté.
Como nadie deseo que Angelino Garzón se recupere, pero también deseo y le pido al Altísimo que deje a un lado su tan arraigada costumbre de disparar fuego amigo, y utilice su capacidad y liderazgo en ayudar al equipo de Gobierno del cual él como Vicepresidente, hace parte.
@sevillanojarami
El problema es Angelino
Mié, 01/08/2012 - 00:01
Aunque suene un tanto infame con el momento que padece el Vicepresidente de la República, debo decir que a mi modo de ver, el problema no es el cargo, ni la claridad en sus funciones, sino más bien