Falta que muchos votantes se definan y puedan cambiar el mapa político que refleja las encuestas…
Aun los colombianos no sabemos quien será el nuevo presidente. Si nos atenemos a las encuestas, hay segunda vuelta entre los candidatos Duque y Petro.
Los consultores y analistas políticos serios coinciden con esta realidad. Los asesores de la campana de Vargas trabajan por pasar a Fajardo, a Petro y a Duque, lo que considero es, un buen ejercicio y propósito, pero no son viables los milagros en política , salvo un fraude en favor del candidato del establecimiento que sería un detonante grave para la estabilidad institucional.
Hoy es más cercana la posibilidad que con un gran esfuerzo del candidato Fajardo con sus sensatas e inteligentes propuestas, intente alcanzar los dos delanteros. Sin embargo, es duro por el poco tiempo que resta para las elecciones del 27 de mayo y por el estilo pasivo del candidato que, sería sin duda, el ideal para ser el presidente de la conciliación y la profundización de la democracia, reto del próximo mandatario.
El candidato Duque representa un sector grande de la sociedad que apoyó al ex presidente Uribe y cree que volver a las políticas de “mano dura y corazón grande”, le permite regresar a las épocas de los privilegios, económicos, políticos, judiciales y de andanzas en actividades que generaron investigaciones y confrontaciones con la rama judicial, que lamentablemente también se encuentra desprestigiada.
El candidato Vargas Lleras se estancó por razones evidentes, llenas de errores, se inscribió con firmas teniendo partido reconocido aunque muy desprestigiado, sobre todo, por hechos de corrupción que con las firmas no los borran. Ser el candidato de los partidos más comprometidos con el gobierno de unidad nacional de Santos (la U, Cambio Radical, Sectores Gobiernistas conservadores y liberales). Ser parte del gobierno de los últimos ocho años, y por supuesto, el desgaste del político tradicional acomodado al momento coyuntural, abandonando posturas programáticas propias.
De la Calle, siendo un hombre con muchas cualidades y posturas democráticas lo enterraron los errores, las vacilaciones, las equivocaciones y desgastes del partido liberal que abandonó sus tesis programáticas y sus aliados, a cambio de la tradicional ‘mermelada’.
El señor Sergio Fajardo se está estancando, básicamente porque no ha logrado concitar aun con mayor convicción la atención de los votantes de bien que no han asimilado con suficiente claridad el programa más democrático ligado a las necesidades del momento político, sobre todo los de reconciliación, de fortaleza de las instituciones, de las posibilidades reales, de mejores condiciones para las mayorías nacionales y de la derrota a la corrupción y a la guerra reflejada de distintas formas de violencia. Una mejor asesoría y mayor contundencia en sus tesis políticas le permitirían pasar a sus contrincantes en la contienda y ponerse en el primer lote que le daría la posibilidad de pasar a la segunda vuelta dado que un sector importante y culto de la sociedad no ha decidido todavía por quién votar. En esta dirección, y si la Coalición Ciudadana por Colombia, es mucho más precisa en la explicación de las propuestas, lograría conquistar este sector, que puede definir el nuevo presidente.
El ex alcade Petro por su parte, es el más beneficiado de la confrontación mezquina y visceral de los partidos y líderes del establecimiento, responsables de la más aguda crisis económica, política, y social del país sobre todo del aumento de la brecha entre pobres y ricos. Del desempleo y la carencia en salud y educación, al lado de la inseguridad, de la corrupción en todos los niveles del Estado y en sectores privados de la sociedad, además de la entrega de la soberanía nacional.
Petro recoge la expresión de inconformidad y rebeldía de sectores plurales de la ciudadanía que quieren el cambio de timón y cobro de cuentas contra los responsables de la debacle de la nación.
Los que descalifican al candidato y lo comparan con el falso tema del ‘castrochavismo’ o populismo, están equivocados. Cada vez Petro aumenta el apoyo popular y de las clases medias y nacionales, ganándole al candidato más radical del establecimiento, el señor Duque, con el cual se disputará en segunda vuelta la presidencia que puede ganar, y más si se acerca al centro y disipa los temores, que también se hacen presentes, para el caso Duque.
Lamentablemente, esta confrontación se refleja cada día más y conlleva a que el candidato mas cercano a Duque, el Sr. Vargas, y los más cercanos a Petro, el Sr. Fajardo y De La Calle, disminuyan su electorado que se concentrará en los punteros si se mantiene la tendencia de las encuestas y las opiniones favorables a ellos.
La segunda vuelta como parece indicar, va a suceder, será de mayor radicalidad en una u otra opción, salvo que logren pasar a diferencia de los que hoy lideran la opinión, Vargas o Fajardo, (que no lo veo viable), pero sin duda, ayudaría a aclimatar la dura disputa, que dividiría por mucho tiempo nuevamente la sociedad en dos tesis no ciertas, derecha e izquierda.
Si pasa el candidato de la coalición del Centro Democrático, los vargaslleristas, se irían mayoritariamente con Duque. Y si Petro va, o Fajardo, los dos se obligarían a unificarse con sectores sensatos del liberalismo, la U y ciudadanos de distintas opiniones, creencias y condiciones económicas; que preferirían que esta última alianza, no ligada al establecimiento tradicional gobernara el país e hiciera tránsito a un gobierno más a fin al contenido y mandato de la carta política del 91.
Aún no sabemos quién será el próximo presidente
Jue, 26/04/2018 - 05:23
Falta que muchos votantes se definan y puedan cambiar el mapa político que refleja las encuestas…
Aun los colombianos no sabemos quien será el nuevo presidente. Si nos atenemos a las encuestas,
Aun los colombianos no sabemos quien será el nuevo presidente. Si nos atenemos a las encuestas,