Gabriel García Márquez y Darío Arizmendi no solo fueron amigos por más de treinta años sino que se parecían.
¿Cualidades?
“La tenacidad, la disciplina, la decisión de llegar a una cosa y lograrlo y lograr absolutamente todas las cosas que quise y las que no he logrado es porque no las quise; y lo que no tengo es porque no lo quise, porque solamente quise ser como soy, desgraciadamente en eso va incluido mi mayor defecto que es mi optimismo irracional.”
La respuesta es de Gabo a Arizmendi, en una memorable entrevista por televisión. Darío -a quien conocí de cerca madrugando a su lado en 6 A.M, es del mismo corte. Lo que se propone lo consigue y aunque es amable, gocetas, parrandero, divertido, también es un trabajador incansable y perfeccionista.
Hace dos décadas, el rey de la radio era Yamid Amat y su abrupto retiro produjo (era diciembre, lo recuerdo bien) inmenso desconcierto. Reemplazar al creador del programa más escuchado de la mañana, parecía imposible.
Conocido el nombre de Darío Arizmendi Posada como el sucesor del “monstruo” hubo desconcierto. Lo suyo parecía ser exclusivamente el periodismo escrito. Era director del periódico 'El Mundo', de Medellín, había sido jefe de redacción de 'El Colombiano'. Se había graduado en periodismo en España y tenía una maestría política. Su única experiencia radial eran unos pinitos en un programa en RCN.
Sus primeras semanas fueron fatales. Alguna vez dio la hora “ocha catorza”. Y en transmisión internacional celebró el triunfo de “Clin Bilton”. En el argot de la radio se afirma -cuando alguien se equivoca mucho- que “se cae entrando a la cabina”.
Nadie daba mucho por el futuro de Darío en el cargo. Buen periodista, decían todos. Bien relacionado, afirmaban otros. Muy cercano a Augusto López, quien lo había llevado a Caracol. Pero demasiado inexperto en radio.
Sin embargo, la férrea disciplina de Arizmendi y una tenacidad incomparable, no solo lo fueron consolidando sino convirtiendo en el mejor, contra todo pronóstico y en medio de no pocas controversias. Al margen de los gustos, Darío es primer lugar en el horario noticioso de la mañana.
Fue exitoso con su programa “Cara a Cara” en Caracol TV. Y logró muchos reconocimientos con el libro sobre la vida en cautiverio de Luis Eladio Pérez. Antes con “¿Cuándo se jodió Colombia?”. Y aplaudido internacionalmente con un libro que se tradujo a cinco idiomas sobre la obra de Fernando Botero, con una editorial alemana.
“Este libro de Darío Arizmendi (el que acaba de publicar) tiene el don de la genial complicidad que tanto caracterizó a Gabo en vida, y creo que le habría gustado”, dice el periodista Jon Lee Anderson. Ya está entre los más leídos de Colombia. Y se preparan ediciones en México, España, Chile y Argentina.
No es el Gabo escritor, sino el ser humano, la persona que se escondía detrás de esa figura pública extraordinaria. Las fotos son de Darío, que las fue guardando, al igual que muchos textos, respuestas, comentarios, durante tres décadas.
Darío fundó el periódico 'El Mundo' en 1979 y a través de él se acercó a García Márquez.
“Tuvimos empatía, él admiraba mucho que hubiera unos quijotes, unos empresarios paisas y unos periodistas como yo que hubiéramos sido capaces de desafiar a 'El Colombiano', un periódico tan tradicional y de tanto arraigo, de tanta potencia y circulación en Antioquia, y eso le llamó la atención aparte que se identificó plenamente con el producto. Dijo: yo he querido hacer un periódico que llamaría 'El Otro', pero no sé cómo hacerlo, tengo el concepto periodístico pero no el concepto empresarial ni la gente con la que pueda acometerlo, y por eso me escribió y ahí empezó una relación que desde el principio fue muy fructífera, fue muy leal, fue muy transparente, fue muy franca, y la verdad lo acompañé en episodios excepcionales”, comenta Arizmendi.
'El Otro', periódico con el que soñaba Gabo no se puso hacer. Se atravesó el premio Nobel, pero también el orden público en Colombia y el deterioro de la economía.
“No quiero -dijo García Márquez- que se me recuerde por 'Cien años de soledad', ni por lo del Premio Nobel, sino por el periódico. Nací periodista y hoy me siento más reportero que nunca. Lo llevo en la sangre, me tira. Además, quiero que hagamos el mejor diario de América Latina, el mejor informado, el más veraz, el más exacto. Que nunca nos rectifiquen”.
Darío (que quieren o odian mucho por sus posiciones periodísticas o políticas) es un formidable anfitrión y gran amigo. Mantener la relación con Gabo, hombre prevenido, fue fruto de conquistar a toda su familia, empezando por Mercedes, “la Gaba”, intuitiva como buena guajira. “Si ella lo encontraba a uno merecedor de toda confianza, que iba sin ningún interés personal, económico, que había una amistad sincera, desinteresada, franca, automáticamente entraba, y en la medida que nos fuimos conociendo y tuvimos experiencias, y que yo le servía de informante de muchas cosas del país por mi posición de director de periódico, crecimos en la amistad y el respeto”.
Le recuerdo a Darío que en aquellos tiempos, cuando medio país pensaba (yo también) que andaba en la cuerda floja y parecía inminente su retiro, nos reunió a todos para anunciar que se sentía firme, que tenía pleno respaldo y que ni siquiera la edad lograría derrumbarlo. Graciosamente comentó que su familia es longeva. Su padre murió a los 101 años y su madre a los 87.
Y así ha sido. Darío lleva 24 años como director de noticias de Caracol y ya sobrepasó los 70 años de edad, muy vital, y es generoso en la fórmula: “Combino una muy buena dieta, la práctica de golf los fines de semana, y todos los días, digamos que tres veces a la semana, hago algo de ejercicio en mi casa y en un gimnasio una terapia".
¿Cuánto tiempo más en Caracol?
“Aquí me han dicho: mientras tu estés de buena salud, mientras tú quieras, tengas las ganas -y las tengo-, y los resultados se den, quédate hasta que sea, no le pongamos límite a esto”.
Así las cosas, para gusto y disgusto de muchos (sin saber en qué proporciones) habrá Arizmendi para mucho rato más. Yo lo celebro.
Arizmendi no contado
Lun, 22/09/2014 - 15:15
Gabriel García Márquez y Darío Arizmendi no solo fueron amigos por más de treinta años sino que se parecían.
¿Cualidades?
“La tenacidad, la disciplina, la decisión de llegar a una cosa
¿Cualidades?
“La tenacidad, la disciplina, la decisión de llegar a una cosa