La publicación que hace unos días hiciera La República, hasta entonces conocido como el primer diario económico del país, sobre la joven, brillante, exitosa y siempre emprendedora empresaria Adriana Bernal Salgado, propietaria de este importante medio de comunicación e información, se halla lejos de registrar la noticia sobre una natural, común y nada extraña situación económica a la que pueda enfrentarse cualquier importante grupo empresarial como el que ella lidera, en momentos difíciles como los que Colombia vive.
Aquella -la publicación-, se advierte con mucha facilidad, gracias al lenguaje estrictamente personalista y bajo que utiliza, como un claro ataque personal y con el único propósito de desacreditar injustificadamente la persona de Adriana Bernal, sin importar su familia y su buen nombre, ganado a pulso con dedicación, inteligencia y disciplina. El lamentable giro que La República pareciera estar dando, de ser un diario serio a un instrumento de poca monta para dar rienda suelta a las envidias, odios, ataques, etc., de carácter evidentemente personal de quien gestara semejante artículo, es algo que debe preocupar a sus propietarios, a los medios en general y a quienes teníamos el hábito de leerlo por su rigor y seriedad, hasta entonces demostrados.
La reorganización empresarial, que no es lo mismo que la quiebra empresarial, es un instrumento legal eficaz a cargo de la Superintendencia de Sociedades quien lo ha venido aplicando con especial acierto y oportunidad para salvar el emprendimiento de no pocos colombianos que hacen patria creando empleo y riqueza en el país, aún frente situaciones adversas, cuando se presentan eventualidades naturales que ponen en riesgo esa iniciativa empresarial. Precisamente el trámite que la Presidente de este grupo empresarial solicitara a la Supersociedades, lo que busca no es evadir sus obligaciones, como se sugiere, sino por el contrario honrarlas, para seguir haciendo empresa hacia futuro de manera más consolidada.
Como los ataques manifiestos en La República son de una bajeza y con un carácter estrictamente personal y temerario, debo decir que conozco de cerca a Adriana Bernal Salgado y a su familia hace 15 años. Desde entonces, su carácter, templanza, disciplina, honradez, franqueza, profesionalismo y visión empresarial se notaban con luz propia. Quienes la conocemos, admiramos muy especialmente su optimismo, entrega social y sentido solidario desbordante que la distinguen. Su amor por su país, por su ciudad y por su familia es particularmente admirable.
Muy a pesar de quienes gestaran la publicación referida, debo decir que Adriana Bernal Salgado efectivamente es un ángel, pero que va siempre en ascenso. La grandeza de las personas se demuestra en los momentos adversos, y ella los ha superado todos con éxito en su vida. Este no será la excepción, y estoy confiado que el paso del tiempo y su liderazgo empresarial, como su don de gentes, darán muestra una vez más de la excelente madera con la que está hecha esta importante mujer empresaria colombiana.
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Adriana Bernal, un ángel en ascenso
Mié, 07/10/2015 - 16:14
La publicación que hace unos días hiciera La República, hasta entonces conocido como el primer diario económico del país, sobre la joven, brillante, exitosa y siempre emprendedora empresaria Adri