El 20 de noviembre de 1947 se aprobó en la Universidad Nacional de Colombia, en Bogotá, el acuerdo por medio del cual se crea oficialmente la primera carrera de psicología en Colombia, esta fecha es tomada para la celebración de la profesión en nuestro país. Sin embargo, esta celebración más que una celebración por la profesión y la labor que psicólogos y psicólogas cumplen en los diferentes contextos a nivel nacional, es también la oportunidad para hacer un llamado a la conciencia sobre nuestra salud mental.
Según el Observatorio de Salud Mental, en su informe de Marzo de este año y luego de aplicar la Encuesta Nacional de Salud Mental, muestra una relación entra las necesidades básicas satisfechas o insatisfechas de las comunidades y la percepción que ellos tienen sobre su salud mental, es decir; las persona encuestadas perciben tener una “buena salud mental” como la posibilidad de tener condiciones aceptables de vivienda, alimentación y salud en general, esto posiblemente se debe al poco conocimiento que la sociedad colombiana tiene sobre salud mental, pero además por la falta de consciencia sobre la importancia que tiene el bienestar mental sobre todas las otras esferas de la vida, todavía seguimos creyendo que ir al psicólogo es "cosa de locos".
Es innegable el impacto que las situaciones sociales típicas de nuestra sociedad, generan en la psicología de las personas y en el bienestar de todos, factores como la violencia, la economía o la delincuencia común hacen que las personas se sientan estables o inestables, pero a esto se suma la precaria situación de nuestro sistema de salud, en particular, lo que ocurre con los sistemas de atención en salud mental.
Pese a que en el 2013 fue promulgada la Ley 1616 o de Salud Mental que buscaba justamente, permitir un mayor impacto de la labor que los y las profesionales de la salud mental llevan, es poco lo que se ha avanzado en los estructural, es por eso que aun hoy día, cuando una persona siente la necesidad de acudir al psicólogo, deberá pasar primero por la atención médica, quien después de realizar la valoración, decidirá si la persona necesita o no dicha atención, sin contar el tiempo que puede pasar entre la atención médica y la atención psicológica especializada, la cual, para cuando llegue, esperemos que no sea demasiado tarde.
Pese a que la situación de salud mental de los colombianos esta tan olvidada y cada día los casos de depresión y suicidio aumentan exponencialmente, recientemente se conoció que según el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses en Colombia en los últimos dos años, la tasa de suicidios estaba en 5 de cada 100.000 habitantes, de los cuales más del 70% son jóvenes y adolescentes y personas mayores, lo cual es una cifra importante considerando que los factores sociales desencadenantes permanecen intactos.
Recientemente el Gobierno Nacional, a través del Ministro de Salud y Protección Social; Juan Pablo Uribe anunciaron lo que sería la nueva política de salud mental en Colombia, la cual, según el ejecutivo, se busca promover la salud mental como un derecho individual, familiar y colectivo. Esta política nacional, se centrará fundamentalmente en cinco puntos; promoción de la convivencia y la salud mental en los entornos, prevención de los problemas y trastornos mentales, la epilepsia y las violencias interpersonales, atención integral e integrada, rehabilitación basada en comunidad e inclusión social y gestión, articulación y coordinación sectorial e intersectorial. Sin duda, un gran logro del actual gobierno y del sector salud, pero principalmente, esto representa un enorme beneficio y un gran salto hacia delante en material de salud mental.
Es necesario prestar la suficiente atención a la mente de los colombianos, somos una sociedad enferma que aún no es consciente de su enfermedad, lo cual hace que sea más difícil de prevenirla y más difícil aun de combatirla.
Aun con todo esto y sumado a las difíciles condiciones de trabajo, siempre habrán profesionales dispuestos a trabajar por el bienestar y la salud mental de los colombianos, desde las distintas áreas; bien sea en lo social, en lo organizacional, educativo, clínico y hasta en el trabajo por la paz, es de destacar el aporte que estos profesionales hacen por mejorar nuestra sociedad, aun cuando las condiciones sociales y hasta laborales no siempre sean las mejores.
