Todos hemos pasado por periodos de tristeza, lo sé porque este sentimiento es tan natural como cualquiera de los demás. Incluso, expertos consideran que es tan esencial como la felicidad. Así que todos alguna vez nos hemos sentido tristes y no hay que avergonzarse de ello.
Cuando la tristeza se vuelve patológica, es persistente, se prolonga por largos espacios de tiempo y está acompañada por falta de interés hacia la vida, es recomendable consultar un medico porque, querido lector, usted podría estar sufriendo de depresión (que tampoco hay de que avergonzarse).
La depresión a diferencia de la tristeza es una enfermedad mental que puede tener causas exógenas; es decir: en algún punto sufrió un evento traumático que favoreció el desarrollo de la enfermedad. O puede tener un origen endógeno que se refiere a un desbalance en la química de su cerebro, por lo general en los niveles de sustancias neurotransmisoras como la dopamina, serotonina y la noradrenalina.
Aquí hablaremos de la tristeza especialmente, ya que aún si usted no es una de las 350 millones de personas en el mundo que sufre de depresión, puede que en algún punto de su vida padezca de aflicción.
Los siguientes métodos no tienen evidencia cien por ciento científica sin embargo a pesar de ser empíricos se han mostrado útil para muchos casos.
Triste pero radiante
Suena absurdo, pero ¿no le ha pasado que aparte de afligido, uno amanece peleado con el espejo? Entre mas triste se siente uno, más feo también se ve. Bueno, eso es porque está directamente relacionado con la autoestima.
Entonces, si usted no amaneció muy feliz hoy póngase su mejor pinta, perfúmese y si es niña maquíllese, haga su mejor esfuerzo por verse mejor que siempre. De este modo cuando se mire al espejo o pase y vea su reflejo, en algún lado su cerebro va a asimilar lo bonito que es y ese pensamiento por superficial que le parezca le va a “mejorar la vibra”. Una persona con autoestima alta es menos propensa a sentirse lamentable.
Manténgase Zen
Hay un mito en el que todos caemos y es que una persona Zen siempre esta tranquila y nunca se siente afligida. Curiosamente lo primero que aprendí cuando empecé a meditar es que eso es puro cuento (dicho por maestros). Todos tenemos un mar de pensamientos, la meditación busca aquietarlos.
Para los meditadores todos los sentimientos son validos pero de igual manera son pasajeros. Nunca se estanque con uno solo, ni siquiera la felicidad. Lo positivo y lo negativo debe pasar por usted sin desestabilizarlo. La meditación no pretende apaciguar la tempestad, pero lo ayuda a permanecer calmado en la tormenta.
Practique yoga… o Boxee
El yoga le ayuda a aplacar la mente. La razón es que usted esta realizando un esfuerzo físico que le obliga a estar atento en el presente. Dicho de otra forma, tiene que poner atención a lo que esta haciendo si no se quiere caer haciendo la posición de la langosta. De esta manera cualquier tipo de actividad física que requiera concentración le va a ayudar. Yo he encontrado que boxear es sumamente relajante pero intente la que a usted le llame más la atención.
Por sobre todas las cosas, no se sienta culpable de estar triste. En palabras del sabio Instagram: esto también pasará, tal vez pase como un calculo renal, pero pasará.
