En Da Nag, Vietnam, abrieron un puente que está sostenido por dos manos gigantes. Una construcción de esa magnitud le hace pensar al mundo entero, que el trabajo de nuestras manos nos une cada vez más. Como una maravilla de la ingeniería, se ven “las manos de los dioses” o el “Golden Bridge” por su color dorado, así es el nombre del puente.
Una obra que al representar el poder de lo divino, conecta al hombre con paisajes infinitos llenos de colores. En Colombia no sucede lo mismo. Por un lado, las obras con mayor inversión y de las que se espera que funcionen, no se terminan. Y por otro, lo que se vuelve viral, es la incertidumbre que genera su posible colapso.
La caída del puente de Chirajara impide hablar bien de lo que se construye en Colombia, sin mencionar el terror que generó la represa de Hidroituango, cuando expertos señalaron que podría ocurrir una tragedia peor que la de Armero, gráficamente uno se niega hacer viral lo peor. El puente a pocos metros de terminarse, se desplomó. No acercó ni optimizó el tiempo de nadie. En estos momentos no hay nada, lo único que queda es esperar que aparezcan unas manos, que pueden ser miles para que suceda un milagro.
El Santísimo es el segundo Cristo más alto de Suramérica después del Cristo Redentor en Río de Janeiro, otra obra gigantesca que llama la atención de todo el mundo. Es una construcción que motiva a los creyentes a viajar y a conocer Floridablanca, Santander. Lo importante es que la obra si se terminó, es impactante para todos los fieles que siguen las imágenes que se basan en la apariencia de Cristo. Con los tres mil millones que costó, quizás se hubiera hecho una obra más inclusiva en función de la sociedad, como un hospital o un colegio.
Ojalá el Metro de Bogotá, cuando pase de las maquetas y los videos virtuales a ser tan real como el Golden Bridge de Vietnam, se vuelva una tendencia redes para mostrar el resultado del trabajo de muchas manos.
Manos a la obra
Mié, 15/08/2018 - 04:04
En Da Nag, Vietnam, abrieron un puente que está sostenido por dos manos gigantes. Una construcción de esa magnitud le hace pensar al mundo entero, que el trabajo de nuestras manos nos une cada vez m