En Colombia existen varios juegos que han pasado por varias generaciones cuando la tecnología no incursionaba aún en los hogares colombianos. Los juguetes tradicionales como el trompo, el yoyo, las canicas y la pelota de letras fueron para muchas generaciones las formas de entretenimiento que vinculaban a toda la familia.
El trompo es un juego tradicional que los colombianos tienen presente como recuerdo de la infancia, el popular juguete nació en Europa y se tiene registro que se han encontrado versiones de arcilla de hace 4.000 años de antigüedad.
Este implemento aún se encuentra en países como Francia en donde se mantiene esta tradición. Allí se realiza un torneo internacional de trompo cada año durante el mes de enero en la ciudad de París.
Wilson Gómez contó para Kienyke.com su experiencia participando en este concurso. “Hemos podido participar dos veces, en el 2019 cuando fui por primera vez se me abrieron muchas puertas y empecé a conocer a muchos locos como yo de varios países” dice.
El boyacense continúa relatando que empezó a asistir a otras ferias internacionales de esta disciplina, ha ido a varias ciudades como Roma, Barcelona, Madrid, Nueva York y en Cleveland obtuvo el tercer puesto en el mundial de trompo del 2019.
Wilson Gómez conversó en Kienyke.com.
La afición de Gómez por esta disciplina lo llevó a crear el emprendimiento ‘Los juguetes de mi tierra sumercé’, cuenta que empezó hace cuatro años por una experiencia en su trabajo como ingeniero de sistemas. “Para un día del boyacensismo no me puse sombrero ni ruana sino lo que hice fue llevar un trompo e hice una exhibición a mis compañeros, desde ahí se despertó la venta porque empezaron a pedirme juguetes en madera y lo que hice fue buscar a los artesanos que los elaboran y era un intermediario”.
Luego, la Gobernación de Boyacá lo contrató como gestor cultural en donde recorrió los municipios del departamento enseñándole a los niños como se jugaba el trompo, el yoyo, la pirinola y así llegó la motivación para realizar el emprendimiento.
El empresario presentó su proyecto en el Fondo Emprender del SENA en el 2019, quedó segundo y ganó 130 millones de pesos con los que empleó a varios artesanos de la región, compró maquinaria y montó la fábrica de ‘Los juguetes de mi tierra sumercé’ en Nobsa, Boyacá.
Un producto derivado del trabajo de Wilson fue la creación del primer Museo de juegos tradicionales, el boyacense habilitó un espacio en donde se remite a la memoria y la niñez de varias generaciones. Su inspiración llegó a partir de los viajes que realizó y trae nuevas ideas después de cada recorrido.
Los juegos que promociona el emprendimiento son artesanales, según Gómez, “debemos convivir con la tecnología pero hay que darle a los niños una alternativa que les permita compartir y desarrollar habilidades psicomotoras. Mi recomendación para los padres es que donde vean un yoyo, un trompo lo compren y lleguen a su casa y compartan 10 minutos con sus hijos y les cuenten cómo se divertían”.
Los kits de juegos tradicionales que ofrece ‘Los juguetes de mi tierra sumercé’ son hechos artesanalmente con implementos como el yoyo, trompo, balero, pelota de letras y canicas.
Actualmente está en curso un proyecto de ley impulsado por el representante a la Cámara Wilmer Leal, quien trabajó junto a Wilson Gómez para apoyar una iniciativa con el fin de que los juguetes tradicionales colombianos se vuelvan Patrimonio Cultural e Inmaterial de la Nación. Esto se impulsó con el fin de recibir recursos para llevar los juguetes tradicionales a los espacios deportivos, culturales y educativos del país.
El boyacense finaliza contando que en agosto podría realizar un viaje a Tokio, Japón en donde se realizará un torneo internacional de trompo.
