En Estados Unidos el número de contagios con Covid-19 asciende este jueves 2 de abril a 235,281 y a 5.603 muertos, cifra que ya superó la de China país donde se originó el virus. La situación ha puesto en entredicho al presidente Donald Trump por desestimar la amenaza de que el virus llegaría a su país.
A finales de enero, cuando apareció el primer caso de una persona que lo había contraído en la China, dijo con mucha tranquilidad que frente a esa situación “todo está bajo control. Dos meses después el coronavirus le tomó ventaja y desbordó la capacidad de atender los casos que se multiplican a diario.
Lo impensable para una de las potencias del mundo sucedió: que les llegara una crisis y no estuvieran preparados para atenderla. En febrero 19 de este año en declaraciones a los medios dijo que en abril “el virus desaparecerá milagrosamente con el calentamiento del clima.”
En ese mismo mes, ante la posibilidad de que viajeros procedentes de China llevaran el contagio a Estados Unidos prohibió la entrada a extranjeros que hubieran visitado ese país asiático en los últimos 14 días.
Para el presidente Trump las versiones sobre el coronavirus en su país no pasaban de ser ataques desde los medios de comunicación y el partido demócrata para desprestigiarlo.
Oídos sordos a la amenaza
A finales de febrero conformó un equipo de trabajo con su vicepresidente Mike Pence a la cabeza, pero no dejó de decir que el virus no significaba una grave amenaza.
El 12 de marzo en una alocución televisad anunció ante el estupor del país que suspendía todos los viajes desde Europa. Frente a los reclamos de los nacionales que debían regresar a sus hogares, la Casa Blanca debió aclarar que se trataba de una medida para los extranjeros y no para los ciudadanos y residentes.
Sólo hasta la última semana de marzo aceptó que se trataba de una pandemia, que los ciudadanos de su país estaban en peligro y declaró la emergencia nacional.
Al hacer el anuncio del confinamiento de los estadounidenses el 25 de marzo, de nuevo causó desconcierto cuando dijo “Me gustaría que el país abriera con energía para Semana Santa.”
A Trump el optimismo le duró poco y debió anunciar casi de inmediato que su gobierno extenderá el distanciamiento social hasta el 30 de abril
A Trump lo rectifican
Las apreciaciones del presidente hechas públicas, sobre la pandemia del coronavirus y el riesgo para su país, no fueron bien recibidas por la comunidad científica, el doctor Antonio Fauci, la principal autoridad en la batalla de la pandemia del coronavirus, lo ha rectificado en varias oportunidades
Fauci es el director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos y es sobre quien el presidente ha puesto su confianza para encabezar al grupo élite de científicos para contener el coronavirus en su país.
El reconocido médico inmunólogo utiliza las redes sociales para explicarles a los ciudadanos lo que deben y no deben hacer. En sus charlas y entrevistas por YouTube y en sus declaraciones en la propia Casa Blanca ha dicho que las muertes por el Coronavirus pueden llegar a 200 mil en Estados Unidos.
En sus intervenciones aclara algunas de las posiciones de Donald Trump y contradice la posición asumida por éste, como por ejemplo el tiempo de aislamiento social que deben tener los ciudadanos pues a pesar del optimismo de Trump, el doctor Fauci señaló que "una vez se conjure la pandemia es posible que el covid-19 regrese, obedeciendo a un patrón estacional como la influenza."
El doctor Fauci es muy respetado por su larga trayectoria en inmunología y su conocimiento y experiencia en la ciencia, que han estado al servicio de su país. Ha trabajado por lo menos con cinco presidentes de Estados Unidos desde la era de Ronald Reagan.
La verdad bajo amenaza
Sin embargo sus apreciaciones y advertencias sobre la expansión de virus y contradecir al presidente le han valido recibir amenazas contra su vida, por lo que fue acogido en un programa de seguridad por parte de la US Marshal (Servicio de Alguaciles de Estados Unidos).
El doctor Fauci de 79 años es considerado una autoridad en enfermedades infecciosas y su forma directa de hablar y de llamar las cosas por su nombre le han valido ser criticado por el ala más conservadora del partido republicano que no le perdonan que descalifique a Trump en público.
Abiertamente dijo que no estaba de acuerdo con la decisión del presidente de suavizar las medidas de aislamiento y levantarlas el 14 de abril. La decisión ya fue reversada.
Tampoco respaldó a Trump en su promoción de la hidroxicloroquina y la cloroquina medicamentos que se emplean en el tratamiento de la malaria y en algunas enfermedades autoinmunes, porque dice que apenas está en estudio la posibilidad de que sirvan para combatir el Coronavirus.
