Un soldado israelí encontró una pieza de oro que tiene como inscripción la cabeza del emperador romano Antonius Pius. La moneda data de los años 158-159 después de Cristo, y los arqueólogos creen que se le debió caer a un viajero hace casi dos milenios en aquella zona del norte del hoy Israel, en el Carmel.
El soldado Ido Gardi se encontraba realizando ejercicios militares en las lomas del monte Carmel cuando vio en el suelo un objeto que llamó su atención. Se trataba de una moneda con la efigie de un importante emperador romano de hace unos 1.800 años.
"Esta moneda se une a sólo otras 11 de este tipo provenientes de ubicaciones conocidas y que están en la colección del Departamento de Tesoros Nacionales", precisó Donald Tzvi Ariel, jefe del Departamento de Numismática de la Autoridad de Antigüedades de Israel (AAI) en comunicado. "Todas las otras monedas han sido encontradas en el norte de Israel, desde Meguido y Tzipori hasta Tiberíades y Arbel", añadió.
Marca de autogobierno bajo el Imperio Romano
Gracias a las imágenes y textos impresos en la moneda, los investigadores pudieron identificar con precisión su origen y fecha. En su anverso, está el emperador que gobernó entre los años 138-161; y el reverso muestra al dios sirio MEN, (el dios luna) y la frase "del pueblo de Geva Phillipi", año 217 (158-159 d. C.).
Geva Philippi, conocida también como Geva Parashim, era una polis, una ciudad que disfrutaba de un cierto nivel de autonomía y reconocimiento por parte del gobierno romano, incluido el derecho a acuñar sus propias monedas.
"El año marcado en la moneda es el año en que evidentemente se estableció el consejo municipal y se permitió a sus ciudadanos el autogobierno bajo el Imperio Romano", indicó Avner Ecker, profesor de arqueología clásica en el Departamento de Estudios de la Tierra de Israel de la Universidad Bar-Ilan.
"Desenterrar monedas acuñadas en una ciudad o en su periferia nos permite saber más sobre su economía, dónde se aceptaba su moneda y hasta dónde podía viajar. Por eso, estos descubrimientos son siempre muy importantes", señaló Ecker.
Geva es una ciudad antigua, que aparece mencionada en los escritos del historiador judeo-romano del siglo primero, Flavio Josefo, y se refiere a ella como ubicada el valle de Jezreel, no lejos del Carmel.
"Según el historiador, Herodes el Grande instaló allí una caballería", señaló Ecker. "Estratégicamente, era un buen lugar para establecer la caballería porque otorgaba control en ambas entradas de la costa al valle", lo que según Ecker sirvió al Ejército Romano durante la Primera Guerra Judeo-Romana que tuvo lugar entre el 66 y el 73 d. C. durante el cual fue destruido el Antiguo Templo de Jerusalén.
Mensaje a los buscadores de tesoros
Israel es un país tan rico en ruinas y tesoros arqueológicos enterrados que en cada excavación de infraestructura se suelen encontrar restos de algo. No es extraño tampoco que algunas personas decidan llevarse a sus casas lo encontrado, si bien es ilegal.
La AAI trata de disuadir a los cazadores de tesoros otorgando certificados de buena ciudadanía a quienes informen a las autoridades de sus hallazgos, como ha hecho con el soldad Gardi.
Porque según la ley israelí las antigüedades son tesoros nacionales y está prohibida su búsqueda activa.
"El soldado, Ido Gardi, demostró un comportamiento cívico ejemplar y esperamos que sirva de ejemplo para quienes descubran hallazgos antiguos", enfatizó Nir Distelfeld, inspector de la Unidad de Prevención de Robos del Distrito Norte de la IAA.
Por: Dahiana Cusnir / Anadolu